Sloviansk vive tiempos convulsos. El sonido de los disparos es cada vez más habitual y el Gobierno de Kiev tiene cada vez más problemas. En Odesa, cientos de ciudadanos han llorado a los 40 muertos durante el incendio provocado por los activistas proucranianos. La guerra civil parece cada vez más cerca en Ucrania, ante el creciente enfrentamiento entre prorrusos y ultranacionalistas.
Rebeldes prorrusos derribaron el lunes un helicóptero ucraniano en medio de fuertes enfrentamientos cerca de la ciudad oriental de Slaviansk, y Kiev envió fuerzas especiales a Odesa para detener la expansión de la rebelión hacia el este del país.
Ucrania dijo que la fuerza de Odesa, basada en «activistas civiles», sustituiría a la policía local que había fallado al controlar las acciones rebeldes durante el fin de semana.
El envío fue una señal de Kiev de que, aunque aborde la rebelión en el este de la nación, resistirá con fuerza cualquier señal de que el conflicto pueda derivar en una guerra civil más amplia.
Odesa, un puerto ubicado en el sudoeste del país donde convive una mezcla de ciudadanos rusos, ucranianos, georgianos y tártaros, estaba tranquila el lunes. Banderas ucranianas ondeaban a media asta por los funerales de algunas de las docenas de personas muertas en los enfrentamientos del viernes.
Agencias