El valenciano aprovechó la oportunidad y hoy opta al premio de Mánager del Año por su actuación al frente de Caribes de Anzoátegui
A la hora de tomar la decisión de quién sería el mánager de Caribes de Anzoátegui durante la temporada 2014-2015, la gerencia oriental decidió apostar por el talento con el que contaban en sus filas: Omar López.
Luego que Alfredo Pedrique declinase regresar con la tribu después de dos campañas consecutivas, incluyendo un subcampeonato en la pasada zafra, López, con su experiencia como coach dentro de la organización y como exitoso dirigente en las granjas de los Astros de Houston, era el adecuado para llevar las riendas del equipo.
El gerente general Samuel Moscatel indicó, al momento de anunciar la designación del valenciano, que buscaba la continuidad del trabajo iniciado con el núcleo de criollos del club, comandados por Alexi Amarista, Niuman Romero, José Castillo y Oscar Salazar, entre otros.
Esa continuidad se ha logrado, al punto tal que los éxitos de Caribes en la ronda regular se han incrementado. Anzoátegui fue el primer conjunto en alcanzar la clasificación y el sábado aseguró el primer lugar. Ambos logros prácticamente sin sobresaltos. López, de 37 años de edad, retomó las cosas justo donde las dejó Pedrique. Lo que convierte en el principal candidato al premio Mánager del Año.
De lograr el galardón, sería el tercero seguido para un piloto de la tribu, después que Pedrique, su mentor, lo obtuviese en las últimas dos zafras.
López ha sabido desarrollar la idea de darle protagonismo a todos sus peloteros, sin importar la jerarquía. Además, supo tomar el pulso de sus dirigidos en todo momento e hizo los ajustes correspondientes en el lineup.
“La humildad y constancia que tiene este equipo es increíble”, dijo López. “Existe familiaridad y unidad en las buenas y en las malas”.
Eso se puede medir a diario visitando el dugout de la tribu, siempre con ambiente distendido y tranquilo. Claro, el hecho que la tribu obtuvo la clasificación más rápida en su historia, con 54 juegos disputados, ayuda mucho a generar ese ambiente. Pero no es la única razón.
López ha sabido balancear bien el talento del que dispone. Pudo dar la oportunidad a Orlando Arcia, joven campocorto que aterrizó en Puerto La Cruz en la transacción con los Tigres de Aragua en la cual estuvo involucrado su hermano Oswaldo, para convertirse en una de las sensaciones del campeonato, con sus 7 jonrones y 28 empujadas.
López también encontró los momentos oportunos para darle descanso al novato cuando su producción declinaba, lo que le permitió recuperarse y al mismo tiempo mantuvo a los suplentes activos.
El caso de Balbino Fuenmayor también es digno de mención. Luego de su pasantía por Ligas Independientes, el fornido inicialista supo hacerse de un puesto, con el trabajo constante impulsado por los coaches Rouglas Odor y Jamie Dismuke, para mejorar su contacto con resultados impresionantes: promedio de .313 (134-42), con 10 cuadrangulares y 36 impulsadas, líder del club en esos departamentos.
“Le doy gracias al manager por las oportunidades que he tenido este año”, destacó Fuenmayor. “La confianza que ha depositado en mí ha sido clave en mi rendimiento”.
La profundidad del roster de Caribes facilitó la labor de López, pero el saber combinar todas esas destrezas no es tarea fácil. Es ahí donde el piloto ha demostrado su sapiencia, pese a ser el timonel más joven en la LVBP.
Rafael Rojas Cremonesi
LVBP