Pequeños detalles
Dios es un Padre que siempre está pendiente de nosotros y nos lo manifiesta a través de pequeños detalles en nuestra vida diaria, que casi siempre pasan desapercibidos por el ser humano que sólo reconoce la presencia del poder de Dios, en cosas grandes y sobrenaturales.
Jesucristo dice en el evangelio de Mateo, capítulo 5, versículo 45: “Dios hace que salga el sol sobre malos y buenos, sobre justos e injustos”.
Algo tan normal como poder abrir los ojos cada día y observar el amanecer, es una muestra del inmenso amor que nos tiene el Padre, quien a través de su Hijo Jesucristo nos recibe con los brazos abiertos, a pesar de nuestros errores.
Estos pequeños detalles, como recibir la luz y el calor del sol, refrescarnos con la lluvia o respirar aire puro, deberían ser suficientes para agradecer a Dios su misericordia.
“Bástate con mi gracia, porque mi poder se perfecciona en tu debilidad”, le dijo el Señor Pablo en la Segunda Epístola a los Corintios, capítulo 12 versículo 9, cuando el apóstol le pedía un milagro que le quitara el aguijón que le martirizaba su cuerpo.
La Biblia no nos da mayores detalles de la dolencia de Pablo, pero lo que si nos dice es que el apóstol aceptó la voluntad de Dios y agradeció cada día, lo que de Él recibía.
“El Señor es mi Pastor y nada me faltará”, dice el versículo 1 del Salmo 23 y esas palabras encierran todo lo que Dios nos da cada día, desde esos pequeños detalles, hasta lo más importante: la salvación que por gracia nos ha dado a quienes lo recibimos como Señor y Salvador.
El cristianismo no es una religión sino un estilo de vida con Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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