La empresa automotriz china Chery comunicó al Ministerio de Trabajo uruguayo el cese de su actividad en el país y el despido de casi 150 trabajadores debido a la coyuntura económica que atraviesan Brasil y Argentina, y a la “caída” de un envío de vehículos a Venezuela.
La empresa automotriz tenía en el departamento uruguayo de Canelones, próximo a la capital, una ensambladora de vehículos en la cual quedaban en plantilla cerca 150 trabajadores a pesar de que su producción estaba parada desde septiembre del año pasado.
En los momentos de máxima actividad de la ensambladora de Chery, que ejercía su actividad junto a una sociedad llamada Socma, llegó a tener 300 trabajadores en plantilla.
El director nacional de Trabajo, Juan Castillo estimó que si se suman los puestos de trabajo indirectos se puede llegar al millar de empleados afectados por el cierre de la fábrica.
La coyuntura económica ha influido en una caída de la demanda de piezas de vehículos por parte de Brasil y de Argentina, según se desprende de un informe de la producción automotriz en el país publicado en el mes de abril por el Instituto Uruguay XXI, encargado de la promoción de las inversiones y exportaciones en el país.
Castillo indicó que otros argumentos esgrimidos por Chery para el cierre de la ensambladora fueron “las restricciones cambiarias en Argentina y la demora en determinados trámites para las importaciones”.
El director nacional de Trabajo también destacó que, a pesar de los despidos y del cierre, la empresa “no manifestó” su intención de desmontar la fábrica y trasladar la actividad a otro lugar.
Desde el Ministerio de Trabajo se pidieron “48 horas” a la empresa para encontrar una posible salida y, según Castillo, en el ministerio están “muy preocupados” por el desarrollo de los acontecimientos y “lamentan” el despido de tantos trabajadores.
Por su parte, el mayor conglomerado sindical de Uruguay, el PIT-CNT, convocó para mañana una rueda de prensa en la que presentarán una valoración sobre lo sucedido. EFE