Las estrategias políticas-electorales están a la orden del día, queda de parte de los venezolanos identificar en justa balanza lo que es momentáneo y permanente, lo que es real y ficticio, sobre todo, lo que es mejor o peor
Leandro Rodríguez Linárez
Ciertamente, el que las elecciones a la asamblea nacional sean en diciembre pudiera no tener algún tipo de doble intencionalidad, sin embargo, la perspicacia nos invade. Las pasadas elecciones parlamentarias de 2010 se celebraron en septiembre, con un Chávez que oscilaba los 40 puntos de popularidad, un piso político muy fuerte, con una ley de procesos electorales recién estrenada que permite la sobre representación y circunscripciones electorales hechas a la medida.
En el 2015 la simpatía presidencial anda justamente por la mitad, oscilante en los 20 puntos, un piso político muy moderado, en consecuencia, es prudente para el ejecutivo nacional alargar la celebración de estas elecciones, para intentar paliar la dura realidad e intentar por todos los medios posibles (válgame Dios que si) remontar puntos en la aceptación del venezolano, todo esto trae consigo tres acepciones importantes: La primera es la susurrada alianza entre el poder electoral con el presidencial, es muy sospechoso que, en este particular, se haya tomado la fecha más conveniente a los intereses gubernamentales, una elección temprana (Antes de octubre) con alto porcentaje de rechazo implicaría una derrota inevitable.
En segundo lugar, la misma Ley Orgánica de Procesos Electorales puede ser un boomerang para el gobierno, la sobre representación se les puede revertir incluso con el acomodo de las circunscripciones, con un 20% de aceptación los resultados son impredecibles para el, necesita afrontar estas elecciones por lo menos con 35 puntos en las encuestas.
En tercer lugar ¿Por qué diciembre? Es el 6D por cuanto el último trimestre de cada año, especialmente desde noviembre, encapsula al venezolano en una burbuja momentánea de bienestar, causada por las celebraciones navideñas, de fin de año, en un ambiente fraternal, pero sobre todo por un bienestar económico circunstancial producto de aguinaldos y demás retribuciones socioeconómicas.
El gobierno seguramente esté moviendo sus piezas para que en el último trimestre de 2015 la escasez disminuya al menos es ese lapso de tiempo lo más posible, se deben estar negociando cantidades importantes de medicinas, repuestos, alimentos y todo cuanto escasea en el país, asimismo, no es descartable algún aumento de sueldo, bono, tikets de alimentación, de juguetes y todo instrumento monetario, a fin que el venezolano baje sus defensas racionales y pueda ser menos severo a la hora de ir a votar.
De igual manera, se intentará buscar para esas fechas otro fenómeno de resurrección chavista, tipo “Dakazo” u “Obamazo”, al parecer todo apunta a un llamado nacionalista a través del conflicto en las zonas en reclamación del Esequibo y con Colombia, ya se están haciendo las mediciones opináticas al respecto.
Así pues, las estrategias políticas-electorales están a la orden del día, queda de parte de los venezolanos identificar en justa balanza lo que es momentáneo y permanente, lo que es real y ficticio, sobre todo, lo que es mejor o peor.
