A una hora de distancia en auto de las multitudes y el caos de la ciudad paquistaní de Lahore se encuentra el tranquilo pueblo de Hussain Khan Wala.
Gruesas cañas de bambú cubren el camino que conduce hasta el interior del pequeño poblado; es la época del monzón y los campos que corren junto al camino están lujosamente cubiertos por cosechas de maíz y trigo.
Hussain Khan Wala, un lugar pintoresco y más próspero —relativamente hablando— que la mayoría de áreas de la provincia de Punjab, se encuentra en el centro de un escándalo por abuso infantil que ha sacudido al país.
Los aldeanos acusan a funcionarios de la policía de cubrir a un grupo pedófilo, luego de que surgieran videos en los que sus hijos eran abusados por miembros de una familia local prominente e influyente.
Ellos dijeron que el abuso se había estado llevando a cabo desde al menos el año 2009, y que los niños fueron chantajeados para que robaran cosas de sus hogares a fin de impedir que los videos se hicieran públicos.
«Mi hijo dejó de ir a la escuela; cada vez que lo veían, se lo llevaban a los campos, a la casa», le dijo a CNN la madre de 35 años de una víctima. «Lo violaban durante cinco horas, y ahora eso finalmente está saliendo a luz».
«Ellos son salvajes. Vi a mi propio hijo en estos videos y mi corazón me dio un vuelco. Corrí a la policía, pero nadie me ayudó. «Todos en la aldea sabían que esto estaba pasando, pero tenían demasiado temor como para decir algo».
Lo que se percibe como una falta de asistencia por parte de la policía se ha convertido en uno de los mayores motivos de queja que los aldeanos tienen con la forma en la que la situación ha sido manejada.
«Fuimos a la policía y no hicieron nada», dijo entre sollozos la madre de 28 años de otra de las víctimas. «Nos dijeron que todos nuestros casos eran iguales, que les lleváramos algo nuevo».
El abogado y activista por los derechos de los niños, Latif Sera, dice que más de 270 niños fueron víctimas del grupo pedófilo, cuyos miembros abusaban de los niños en los campos y en su casa, afuera de la cual aparecen pintada la frase «No entrar» en urdu.
Sera dijo que era aquí donde los niños eran drogados, abusados y colgados de sogas al revés, estando desnudos.
Abuso sexual y chantaje
Un profundo pozo se encuentra ominosamente en la entrada de la casa; los aldeanos le dicen a CNN que la familia amenazaba con lanzar a los niños ahí si se quejaban con sus padres.
Un chico de 15 años que fue filmado en uno de los videos le dijo a CNN que la primera vez que lo violaron fue a la edad de nueve años, luego de que se le acercara un hombre mientras juntaba agua para su abuelo.
«Tan pronto como entré, cerró la puerta. Llamó a alguien y entraron cinco hombres más. Empecé a gritar y me taparon la boca. Cada uno tenía un arma: uno tenía un hacha. Ellos dijeron que me cortarían en pequeños pedazos si hacía un solo sonido. Luego me violaron».
Él dijo que el abuso continuó durante otros cuatro años, y durante este tiempo, él robaba para mantener a sus atacantes tranquilos.
«Robaba dinero y joyas para ellos; de otra forma, ellos dijeron que me matarían y que hienas y perros se comerían mi cuerpo», explicó. «Encontré 1.300 dólares para que me dejaran tranquilo. Robé cosas de mi propia casa y de mi propia familia».
La policía de Punjab dice que 14 sospechosos han sido arrestados en relación con el caso. Se cree que una pandilla de 20 a 25 personas están involucradas en el abuso.
La madre de uno de los acusados, quien enfrenta años tras las rejas si es declarado culpable, dijo que «toda la aldea se ha vuelto en mi contra» luego de los arrestos, pero ella insiste en decir «No tengo miedo. Uno de mis hijos cometió un error hace muchos años».
Protestas y tensión
Los informes sobre el abuso, los cuales surgieron en medios paquistaníes el fin de semana pasado, han iniciado conversaciones que los expertos dicen, de otra forma habrían sido silenciadas.
Kendra Gregson, la asesora regional de UNICEF para la protección infantil, dijo que en Pakistán «no se habla abiertamente sobre este tema; se mantiene oculto. Esto hace que sea más difícil proteger a un niño debido al tabú y al estigma social relacionado con este tema».
Por ahora, este escándalo sigue siendo una parte integrante constante de los canales que transmiten noticias las 24 horas en el país.
Y en Hussain Khan Wala, la rabia provocada por el caso sigue presente.
El martes, el jefe de la policía de la provincia de Punjab anunció que los sospechosos serían juzgados en un tribunal de terrorismo para acelerar el proceso. Él dijo que tres funcionarios de la policía han sido suspendidos a la espera de que se realice una investigación.
Sin embargo, en su conferencia de prensa hubo consignas de «¡Muerte a la policía!» y debió ser suspendida cuando una turba molesta empezó a lanzarles zapatos y piedras al convoy de la policía.
Lo que aún no está claro, al menos por ahora, es si habrá justicia, y si el caso dará lugar a un análisis mayor del problema de abuso infantil, o si será tratado como otro escándalo aislado.
En Hussan Khan Wala, la madre de otra de las víctimas se lamenta.
«Ellos le robaron la inocencia a mi hijo; nos esforzamos mucho por enviarlos a la escuela, por darles una mejor vida, ¿qué podemos hacer para devolverles la inocencia?»