Alexis Tsipras se impuso en las elecciones legislativas de este domingo, según los primeros resultados parciales, y ganó su apuesta de citar a las urnas a los griegos para recuperar impulso político tras firmar el tercer rescate financiero del país.
Con el 35% de votos escrutados, el partido izquierdista Syriza, encabezado por el ex primer ministro, le llevaba una ventaja de siete puntos a su gran rival Nueva Democracia, de Evangelos Meimarakis.
«Ante nosotros se abre el camino del trabajo y de las luchas», escribió en Twitter el líder de izquierda, que confía en tener margen de maniobra en la aplicación del nuevo plan de rescate.
El recuento oficial le daba por el momento a Syriza el 35,45% de los votos, frente a un 28,11% para Nueva Democracia.
El ministerio del Interior estimaba los escaños de Syriza en 145, a seis de la mayoría absoluta.
Meimarakis reconoció ante la prensa su derrota, y felicitó a Tsipras por su victoria. «Parece que en estos seis meses los ciudadanos no cambiaron de opinión», declaró.
A falta de mayoría absoluta, Tsipras deberá volver a formar una coalición para seguir gobernando. Los candidatos son el Pasok socialista, que tenía el 6,43% de los votos (17 diputados), los centristas de To Potami (3,88%, 10 diputados) y la derecha soberanista Griegos Independientes, anteriores socios de gobierno de Syriza (3,73%, 10 escaños).
Durante la campaña electoral, los tres partidos se han dicho dispuestos a entrar en una coalición de gobierno.
Según estos primeros resultados, la tercera fuerza política seguirán siendo los neonazis de Amanecer Dorado, con un 7,18% de los votos y 19 escaños, dos más que en el parlamento saliente.
La nueva cámara tendría ocho partidos, uno más que en la anterior, con la entrada de la Unión de Centristas.
Una apuesta exitosa
Con este triunfo, Tsipras gana su apuesta de llevar al país a la tercera cita del año con las urnas para recuperar una legitimidad dañada por el tercer rescate financiero del país.
Tsipras se ha comprometido a cumplir las condiciones del nuevo rescate, de unos 86.000 millones de euros y previsto a lo largo de tres años.
Sin embargo, ha prometido que en su aplicación tratará de proteger a los más vulnerables y que luchará por que se alivie la deuda pública del país, que con el nuevo plan ascenderá al 200% del PIB.
Tsipras llegó al poder en las legislativas del 25 de enero con la promesa de poner fin a las políticas de austeridad aplicadas desde 2010 a cambio de dos planes de rescate internacional, que contribuyeron a una profunda crisis económica.
Tras la victoria del «no» en el referéndum del 5 de julio a las condiciones de los acreedores (UE y FMI) para un tercer rescate, Tsipras terminó por aceptar dicho rescate el 13 de julio en Bruselas, lo que lo obligará a aplicar nuevos ajustes fiscales, reformas y privatizaciones.
Al someter este verano ese acuerdo al parlamento, Tsipras se quedó sin mayoría en la cámara, por la rebelión de numerosos diputados de Syriza opuestos al rescate y sus condiciones.
Para recuperar impulso, Tsipras decidió dimitir el 20 de agosto y forzar las elecciones anticipadas de este domingo.
La escisión surgida de esta rebelión interna, Unidad Popular, favorable a una salida del euro, esperaba los resultados para saber si entrará en el parlamento, donde el umbral mínimo es del 3%. Tras el recuento del 35% de los votos sumaban el 2,81% de los votos.
AFP