Coromoto: historia de nuestra fe

El lugar de la segunda aparición es el que visitamos hoy en día cuando vamos a Guanare

Hablar de la Coromoto es referirse a alguien propio, autóctono pero sobre todo lo que nos define en nuestra FE. Ser la patrona de un país es simplemente estar en el máximo pedestal del corazón de ese pueblo y justamente así es, muy raramente una iglesia, catedral o capilla, por muy pequeña o humilde que sea, no tiene su imagen en alguna esquina, ella siempre está presente.
El Indio Coromoto, jamás imaginó que una simple visita al río marcaría la fe de su descendencia y de un país entero generación tras generación desde hace 364 años. Como buen cacique era testarudo y de carácter fuerte aprendido en la selva y la brega diaria con el entorno. En uno de sus acercamientos al río junto a su esposa, la Virgen María se les apareció como una luz resplandeciente que lo encandiló y lo hizo mirar inmediatamente hacia donde ella estaba.
La madre de Jesús no se aparece para perder el tiempo así que sin más le pidió a Coromoto, cacique de los indios Cospes, que tanto él como los suyos se convirtieran y se bautizaran. Él se fue de ahí sorprendido pero no muy convencido de cumplir, hablo con su encomendero, Don Juan Sanchez, español, quien de inmediato hizo lo que ella pidió junto con otros indios. El cacique nada, decía añorar la selva donde él mandaba y no tenía que obedecer a nadie así que se negaba a hacer lo que dijeran “los blancos”.
Coromoto decidido a permanecer en su punto de vista obtuso, siguió sus días como si nada. Pronto se quedaría solo en la selva, momento que la Virgen utilizaría para aparecerse de nuevo, al ver el resplandor, estalló de ira y alzo el brazo tratando de agarrarla pero ella despareció, algunos dicen que intentó lanzarle una flecha, dicho momento quedó impregnado en un pergamino que permanece aún en Guanare, estado Portuguesa, lugar de la aparición que data del 8 de septiembre de 1652. Esta ocasión, cuentan que es la única vez en la que la Virgen María se le apareció a una familia, allí estaba presente la esposa de Coromoto, su cuñada Isabel y un sobrino de ésta.
Al poco tiempo, al cacique lo mordió una culebra que poseía un fuerte veneno al punto de llevarlo casi a la muerte, cuentan que se dejó morder por voluntad propia al ver que la Virgen no había logrado nada con él. Al ser atendido en su lecho de convalecencia, pidió que lo bautizaran y suplicó a sus compañeros que lo hicieran también; a partir de ahí Coromoto se convirtió en apóstol y seguidor de la Virgen María. Su nombre cristiano fue Ángel Custodio. Él y sus compañeros Cospes formaron una comunidad muy fervorosa a partir de esa ocasión.
El Papa Pio XII la declaró Patrona de Venezuela en 1950, a partir de allí la devoción aumenta cada día más y se extiende por toda américa latina.
El lugar de la segunda aparición es el que visitamos hoy en día cuando vamos a Guanare, ya que ahí se construyó el precioso templo en honor a la Virgen que fue consagrado el 7 de enero e inaugurado el 10 de enero de 1996 en una misa solemne por el Papa Juan Pablo II, hoy Santo de la Iglesia Católica, en su segunda y última visita a Venezuela.
A los lados del templo existen varias reconstrucciones de las escenas de las apariciones de la Virgen al Indio Coromoto y en el interior del templo los vitrales con imágenes religiosas y el alto techo te regala una sensación de paz que te invita a la conversión y el renacer del corazón, el mismo que vivió el cacique y su familia hace 364 años en esta nuestra tierra, Venezuela.

Jenny Marques Rodrígues

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