Lula a la cabeza de manifestaciones y Dilma Rousseff en el despacho presidencial en Brasilia buscan este jueves demostrar su fuerza, recomponer la base aliada y frenar el juicio político impulsado por la oposición
La semana próxima termina el plazo de la defensa de la mandataria brasileña Dilma Rousseff en una comisión de diputados que evalúa un pedido de juicio para destituirla por supuesta adulteración de las cuentas públicas.
A continuación, la secuencia de un procedimiento complejo y de resultado abierto donde está en juego la jefatura de Estado de la mayor economía latinoamericana, sumergida en una crisis vertiginosa que tiene una feroz recesión como telón de fondo.
1) El lunes 4 de abril está prevista la última de las diez sesiones consagradas a la defensa de Rousseff ante una comisión especial de 65 diputados que analiza los argumentos de la acusación. El diputado que instruye el caso dispondrá acto seguido de dos días para presentar su parecer a la comisión y luego los legisladores tendrán un máximo de cinco sesiones para debatir y votar sobre la recomendación, que puede ser aprobada por mayoría simple (la mitad más uno de los presentes).
Con el dictamen -que no es vinculante- ya publicado en el diario de la cámara al día siguiente de la votación, el presidente de la Cámara baja deberá esperar un mínimo de 48 horas antes de poder incluirlo en el orden del día y someterlo al plenario de 513 diputados. Los opositores que impulsan el proceso estiman que esa votación podría realizarse cerca del 15 de abril.
2) Para que avance una eventual acusación contra la presidenta, será necesario que 342 diputados (dos tercios) apoyen la apertura del juicio de destitución, cualquiera sea el número de legisladores presentes. El quorum exigido para abrir la sesión es, precisamente, de 342 miembros, el mínimo para conseguir una eventual aprobación.
Si la moción no suma ese número de apoyos, el proceso se cierra.
Si estuvieran presentes los 513 diputados -sin ausencias ni abstenciones- teóricamente serían necesarios 171 votos (un tercio) para bloquear la iniciativa en caso de que el presidente de la Cámara no sufrague, como indica el reglamento, que solo contempla esa posibilidad en escrutinios secretos o en caso de empate, dos opciones no previstas en este proceso. No obstante, existen divergencias acerca de este punto, por lo que el número para archivar el pedido de juicio podría ser 172, si estuvieran todos los diputados en el recinto y el presidente de la Cámara votara.
3) En caso de que la comisión emita un parecer contrario al impeachement, el plenario necesitaría de todos modos ratificarlo, pero por mayoría simple de los diputados presentes en la sala, a condición de que haya quorum.
Sin embargo, el plenario puede rechazar una recomendación de archivar el caso, si suma 342 votos a favor del impeachment. En esa circunstancia, tras descartar el parecer, deberá nombrarse un nuevo encargado del trámite y aprobar en la misma sesión una recomendación a favor de la destitución, que será enviada al Senado.
4) Si los diputados aprueban la moción de impeachment, ésta pasa al Senado, de 81 miembros. La cámara alta formaría una comisión de 21 miembros, que dará su opinión sobre la admisibilidad del proceso. Este trámite podría ser más rápido que en diputados y seguiría parámetros similares a ese cuerpo en cuanto a quorum y mayorías.
5) Para que un dictamen de destitución sea aprobado en el plenario del Senado y el proceso instaurado, deberá ser apoyado por una mayoría simple, una vez conseguido un quórum de 42 senadores. De no lograr ese respaldo, el proceso se archiva.
Analistas consideran improbable que, llegado el caso, el Senado rechace un dictamen que ya tuvo el visto bueno de la cámara de Diputados y de una comisión propia en la que están representados los partidos de la Cámara alta. De acontecer, seguiría la misma secuencia que en diputados.
Si es validada una moción por la destitución, Rousseff sería apartada de manera provisoria de sus funciones durante un máximo de 180 días, para dar lugar al juicio. Sería reemplazada por su vicepresidente, Michel Temer. Según los especialistas, solo en ese momento empezaría la verdadera recolección de pruebas y testimonios.
6) La sesión final del juicio a Rousseff tendría lugar en el plenario del Senado, bajo la dirección del presidente de la Corte Suprema. Son necesarios dos tercios de los votos del Senado (54 de un total de 81), para destituir definitivamente a la mandataria, cualquiera sea el número de los presentes. De lo contrario, ésta reasumirá inmediatamente sus funciones.
En esta sesión única, en la que el presidente del Senado puede votar porque no la dirige, se darán los alegatos finales de parte del senador que haya instruido el caso y de la defensa de la presidenta.
AFP