Los Reales de Kansas City y los Tigres de Detroit a la cacería de los Indios de Cleveland en la división central de la Liga Americana
Los Reales de Kansas City son los campeones reinantes del Centro de la Liga Americana -y por supuesto los ganadores de la Serie Mundial más reciente – y los Tigres de Detroit predominaron en esa Divisón en las cuatro temporadas previas, pero en el 2016 se les ha puesto la vida un poco más dificil por la presencia de otros dos huesos duros de roer.
Armados de una tremenda rotación, los Indios de Cleveland arrancarán la segunda mitad de la campaña como líderes divisionales escapados y aunque los Medias Blancas de Chicago han aflojado un poco con respecto a su excelente arrancada han dado señales de que si caen va a ser con las botas puestas.
Sin embargo, a raíz de lo que opinan dos de sus principales baluartes, tanto los Reales como los Tigres están convencidos de que tienen el arsenal necesario para voltear la tortilla y volver a convertirse en los principales contendientes a esa corona.
«La primera mitad fue un poquito dificil, ya que tuvimos muchas lesiones», analizó el receptor de los Reales, el venezolano Salvador Pérez, refiriéndose a la baja por toda la temporada del tercera base Mike Moustakas (rodilla) y la reciente lesión de corva del jardinero central Lorenzo Cain. «Perdimos unos cuantos pitchers y ahora no está (el cerrador) Wade Davis» (distensión del antebrazo derecho).
«Pero hay que jugar con la gente que tenemos y creo que así sí podemos, porque si estamos en Grandes Ligas es por algo», comentó rebosante de optimismo Pérez, cuyo jonrón de dos carreras impulsadas en el segundo episodio del tradicional Juego de Estrellas le dio una ventaja a la Liga Americana que no sería rebasada. «No importa cómo estemos ni dónde estemos, vamos a jugar fuerte».
El propio Pérez pasó a fines de mayo un susto de película en un percance que pudo salirle bien caro a los Reales, al estrellarse con el tercera base nicaragüense Cheslor Cuthbert cuando iban simultáneamente en pos de un elevado a la zona de foul. De ese encontronazo sacó la peor parte el careta venezolano, que quedó tendido en el diamante por buen rato. Se temía que algo grave podía haberle ocurrido al Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2015.
«Me asusté un poquito, pero una vez que estaba en el suelo moví un poco las piernas y pensé, ‘ésto no es muy grave»’, recordó Pérez, diagnosticado en ese momento con una contusión en el muslo izquierdo. «Gracias a Dios, estoy jugando».
Por otra parte, mientras los Reales tratan de levantar cabeza de sus lesiones para buscar escalar posiciones en el Centro de la Liga Americana, los Tigres de Detroit del también valioso pelotero venezolano Miguel Cabrera intentan superar otro fantasma bien dificil: la inconsistencia.
«En la primera mitad siempre usamos la palabra inconsistencia, porque tenemos varios juegos buenos y varios malos», subrayó el inicialista. «Si nosotros queremos ganar la División, no podemos jugar de esa manera. Tenemos que salir todos los días al terreno y hacer nuestro trabajo».
Cabrera, que fue parte en San Diego de su undécimo Juego de Estrellas con números que serían de la envidia de muchos de sus colegas, pero no necesariamente acordes a sus usuales características de gran figura del madero (.293, 18 bambinazos y 53 carreras impulsadas), piensa que él mismo debe encontrar la manera de mejorar en el resto de la campaña.
«He tenido una temporada de muchas altas y bajas», definió Cabrera. «Pienso que tengo que mejorar en ese aspecto y tratar de hacerlo todos los días. Debo ir al terreno de juego a tratar de concentrarme más en las cosas que tengo que hacer».
Ni Pérez ni Cabrera, ni por supuesto los demás integrantes de sus respectivas novenas, van a dar sus brazos a torcer a la hora buena, pero se planteará bien interesante la batalla entre cuatro equipos por la corona del Centro de la Liga Americana y tal vez por un Wild Card proveniente de esa difícil área del joven circuito.
Manolo Hernández Douen
lasmayores.com
AFP / Harry How