En un mensaje televisado sin precedentes en Japón, el emperador Akihito planteó su deseo de abdicar debido a su edad avanzada y a su frágil salud, lo que hace necesaria una reforma de la ley nipona que no contempla la sucesión en vida.
Akihito, de 82 años, afirmó que padece «muchas limitaciones» y que ha sentido «un declive en su estado físico» tras ser intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones, por lo que le será difícil «seguir asumiendo responsabilidades importantes», en un discurso que había generado una enorme expectación en el país asiático, informó Efe.
Durante su intervención, de 10 minutos de duración, el monarca evitó referirse de forma directa a su abdicación o a cuándo ésta tendría lugar, puesto que esa mención podría haber sido considerada como una vulneración de las limitadas funciones que le asigna la Carta Magna nipona.
Pero de las ambiguas palabras de Akihito -algo que también se debe a solemnidad de su cargo y a la cultura japonesa- se desprende claramente su intención de abandonar el cargo en el futuro, tal y como adelantaron los medios nipones hace casi dos meses.
«En los últimos años he reflexionado sobre mi papel como Emperador y a contemplar mis funciones y deberes de cara al futuro (…) Me preocupa que pueda hacerse difícil para mí desempeñar mis responsabilidades como símbolo del Estado, tal y como he venido haciendo hasta ahora con todas mis energías», dijo Akihito.
AFP / Toru Yamanaka