Nuestra bella Miss Venezuela 2002 y posteriormente actriz y animadora de Venevisión, ha sabido desde que irrumpió en el medio artístico, sortear escollos y salir airosa de situaciones complicadas, pero también ha demostrado un talento y versatilidad artística que la ha mantenido en la palestra con mucho éxito y muy pocos escándalos mediáticos. Su capítulo como otrora reina de belleza es referencia de nuestro país y una señal de lo que viviríamos posteriormente todos los venezolanos. El inicio de una crisis económica y un paro petrolero hizo que se viera amenazada su participación en Miss Universo 2003, pero la presidenta de Panamá -sede del concurso en aquel entonces- movió cielo y tierra y Venezuela finalmente tuvo representación en la justa internacional, donde una “rebelde” Mariángel casi nos trae la corona nuevamente al país. Ella fue lo que se llama un batacazo en Miss Venezuela y se dijo mucho que Osmel Sousa no estaba contento con su sorpresivo, pero merecido triunfo. En nuestro país se preparó a quien posteriormente se convertiría en Miss Universo, Amelia Vega, la representante de República Dominicana. Ambas quedaron agarradas de mano en esa edición del evento de belleza universal, donde nuestra abanderada sorteó una serie de inconvenientes y con naturalidad, humildad y mucho aplomo, supo salir airosa de ellos. En el desfile en traje de baño la anunciaron como Miss Sudáfrica y solo al final de su pasarela corrigieron el error, luego utilizó el vestido que ella consideró acorde a su personalidad y no el que el llamado “Zar de la Belleza” quería que se colocara, así como no se encasquetó tampoco una gargantilla de mucho brillo. Osmel también le ordenó que saliera en moño y ella prefirió utilizar su cabello liso, hecho que le brindó un look natural y relajado, que la hizo ver hermosa, pero finalmente quedó como primera finalista. Todo este preámbulo se debe a que esa misma personalidad cálida y nada explosiva, pero con carácter y criterio propio, la ha mantenido a lo largo de su carrera en el medio artístico, en el cual se convirtió en animadora y protagonista de novela y posteriormente en presentadora del magno evento de la belleza, el cual puede haber sido esta edición 2016 su última vez… Ella asegura no ser dueña de su destino y considera a quienes actualmente trabajan en televisión “héroes y heroínas”, por la nada virtual crisis que nos aqueja y que ha golpeado fuertemente el mundo del espectáculo local. Lo cierto del caso es que Mariángel Ruiz no se da mala vida por esa ola de rumores que han venido rodando como bola de nieve y sigue confiando en su intuición e innegable talento. En Venevisión, como en el resto de los canales de nuestro país, incluyendo los del gobierno, ha mermado considerablemente la producción de dramáticos, programas especiales y desaparecieron totalmente los de humor, situación que demuestra fehacientemente lo antes expuesto. Su relación con el político venezolano Carlos Ocariz se dice la retirará del mundo de las bambalinas y ella nuevamente no niega ni afirma la especie, pero apuesta a un repunte de nuestro golpeado medio artístico y opina como la mayoría de los venezolanos en que merecemos un cambio positivo en todos los aspectos, porque Venezuela no solo es petróleo y mujeres bellas, tenemos mucho más que eso y ella no desecha volver a la actuación, o lograr tener un espacio fijo como conductora, como lo esperaron en su momento también Viviana Gibelli y Maite Delgado, y estos lastimosamente nunca llegaron… Ellas se despidieron de la planta televisiva donde nacieron artísticamente de manera digna y con una trayectoria llena de éxitos. Ahora es Mariángel quien espera, como esperamos muchos venezolanos, una activación de nuestro país en todas las áreas. A veces el retiro llega de forma prematura e injusta, porque no existe producción, y al no haberla, se nos obliga a buscar nuevos horizontes y eso no debe seguir sucediendo. En el exterior están brillando ahora muchas de nuestras figuras y aunque es un hecho que nos debe llenar de orgullo, también son muy lamentables las razones del por qué de sus partidas. Esto no es un tema político, es un problema que nos debe tocar el corazón, la sensatez y la razón a todos. Ya basta de tantas despedidas, de tanta miseria y de conformarnos con tan poco, cuando somos un país que lo tiene todo, no solamente en paisajes y clima, también en su gente, porque en todas las áreas productivas, deportivas, artísticas y del desarrollo de un país, hemos tenido, seguimos teniendo y tendremos lo mejor, porque nuestra madre tierra es fértil y generosa. No nos dejemos expropiar lo que con tanto amor nos da. No dejemos que la sigan maltratando, porque a una madre como la nuestra debemos defenderla, amarla y agradecerle tanta bondad y abnegación, a pesar de tanto maltrato que recibe… Ojalá Mariángel no se despida de donde tiene tanto que dar aún. Ojalá no sigamos perdiendo y aceptando tanta fuga de talentos y exijamos todos, sin intereses personales, egoísmos e insensatez, la recuperación y sanación de nuestra hermosa Venezuela. Yo apuesto a eso. ¿Y usted?
MUERDE AQUI – @diegokapeky