Venezolanos en Boston se reunieron para celebrar el nacimiento de Mujeres Venezolanas en Acción (MVA), una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo multiplicar las voces de las mujeres que han sido víctimas de violencia de género en Venezuela.
La directora de la organización, Ana Julia Jatar, explicó que su misión es “devolver la dignidad a esas mujeres que han vivido agresiones basadas en su género” y, agregó, que en su primera campaña se enfocarán en las violaciones de derechos de la mujer por razones políticas.
MVA se suma a los 16 Días Contra la Violencia de Género que realiza Naciones Unidas anualmente desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre y, durante este período, publicará los testimonios de mujeres venezolanas que se han atrevido a denunciar lo que han sufrido en manos de las fuerzas públicas del gobierno.
La jueza María Lourdes de Afiuni, víctima de violencia de género por razones políticas en Venezuela, participó telefónicamente y dedicó unas palabras esperanzadoras a los asistentes.
Las integrantes del Comité Ejecutivo, María Herminia Graterol, Zuhé González, Gabriela Quintero, Cristina Aguilera y Luisa Brillembourg, explicaron que la campaña irá acompañada del hashtag #MeCuadroconEllas en las redes sociales e invitaron a los presentes a que formaran parte de este proyecto para lograr un mayor impacto internacional.
La pianista Gabriela Montero estuvo presente como representante del Consejo Asesor de MVA y acompañó la inauguración con una improvisación inspirada en la situación que padecen las mujeres en su país de origen.
También forman parte del Consejo Asesor otras personalidades reconocidas como la periodista Ibéyise Pacheco, la escritora Pilín León, la abogada Elinor Montes, la caricaturista Rayma Suprani, la comediante Joanna Hausmann, el abogado Julio Henríquez, la escritora María Elena Lavaud, la cantante María Teresa Chacín, el Director Ejecutivo de Aid for Aids Jesús Aguais, el artista Franklin Marval y las periodistas Mari Montes y Argelia Ríos.
Los invitados compartieron lágrimas y abrazos, pero también ideas y risas esperanzadoras, que se mezclaron en emociones y cerraron la noche con una gran exclamación: “¡Me cuadro con ellas!”.