En Higuerote la contaminación fluye por tuberías de viviendas

Además de unas calles despiadadamente descuidadas, llenas de huecos, aguas negras y abarrotada de una población empobrecida buscando la comida que no consiguen, una delincuencia desatada en robos, hurtos y secuestros, Higuerote, otrora emporio turístico del eje Mirandino, enfrenta también el gravísimo problema del agua potable que viene contaminada.

“No sorprende abrir el chorro y no tener el vital líquido, sorprende es el olor y sabor a ‘podrío’ que de las tuberías fluye cuando el chorrito llega. El cual según los habitantes no está apta para el consumo humano y ni siquiera para lavar los alimentos”.

Denuncian las comunidades de San Luis, Barrio A juro, centro del pueblo, que no sólo están expuestos a la falta de comida, a la delincuencia sino que se agregan las enfermedades, como diarrea, hepatitis, virus, parásitos, bacterias y gastroenteritis -sobre todo en niños y ancianos- debido a la muy mala calidad del agua aunado a que no se consiguen las medicinas para combatir y atender los más simples casos de alguna enfermedad provocada por esta situación, reseña una comunicación echa llegar a la redacción de La Voz por un grupo de vecinos preocupados por el grave problemas.

La señora Pérez describe que en este municipio no llegan alimentos por lo que hay un desabastecimiento total y el centro del pueblo no se puede caminar del gentío haciendo colas buscando comida.

Otra vecina agrega que aparte de la carencia alimentaria, el agua que llega está contaminada “aquí la cosas pretenden arreglarlas cambiando nombres, antes era el INOS y ahora Hidrocapital.. Puro nombre”, afirmó. Agregan que el aseo brilla por su ausencia, porque no tienen camiones, convirtiéndose la basura (ya llena de gusanos y moscas) en un atractivo para los indigentes y perros.

“Y luz? Eso ni que hablar –señala Juana Providencia- se va a cada momento, dañando nuestros artefactos sin que nadie nos los reponga y además las calles se convierten en una boca de lobo, lo que incrementa la actuación de la delincuencia”. Antes era Cadafe -continúa- después Elecentro ahora Corpoelec, igual puro nombre. No hay bombillos ni transformadores menos camiones para trabajar.

Y de los CLAP ni se diga cobran las bolsas y pasan meses y no traen los productos, añade Carmen Hidalgo, habitante de esa población.

Ante este cumulo de problemas, exigen a la alcaldesa Liliana González tome cartas y se avoque a dar soluciones y respuestas a quienes la eligieron como garante del bienestar de la comunidad barloventeña.

Extienden el llamado al resto de los representantes municipales para que asuman su deber de adoptar medidas urgentes que contribuyan al rescate de la calidad de los ciudadanos.

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