Nueve meses, 40 semanas o 280 días, sin importar cómo se cuente, el embarazo siempre será una etapa hermosa y gratificante para la mujer. En este largo proceso el cuerpo femenino cambia para ajustarse a su nueva condición. El ensanchamiento de las caderas, abultamiento de la zona abdominal, aumento del busto, subida de peso y por supuesto, el cambio generalizado de la figura, son algunas de variaciones que ocurren. Después del alumbramiento, la mayoría de mujeres no quedan conformes con su cuerpo, por lo que buscan alternativas para volver a la apariencia que tenían o mejorar la que tienen.
Tratar todas esas consecuencias físicas puede ser muy difícil y cuesta arriba. Sin embargo, gracias a la ayuda de las nuevas tecnologías, es mucho más sencillo recuperar tu cuerpo. Entre esas innovaciones está un nuevo tratamiento llamado Velashape III.
El Velashape III “es un tratamiento no invasivo que combina cuatro tecnologías: la radiofrecuencia bipolar, luz infrarroja, un dispositivo de manipulación mecánica con una bomba de vacío fraccionado y los rodillos de masaje que trabajan directamente sobre la piel” explica la dermatóloga Zulay Rivera de Unimel.
La conjunción de luz infrarroja y radiofrecuencia produce el calentamiento de los tejidos, que mejora la microcirculación, reducción de la celulitis y moldea la figura logrando un aspecto renovado. Realizando 4 sesiones del tratamiento es posible observar los resultados esperados. El abdomen, los flancos, los glúteos, los muslos y brazos son las principales zonas en las que el Velashape III actúa.
Por otra parte, la textura y flacidez de la piel en la zona abdominal y glúteos es uno de los problemas post-parto más frecuentes, debido a la alta concentración de tejido adiposo y a la distensión de la piel. La tecnología del Velashape III estimula los macrófagos, células responsables de producir más colágeno, lo que hace posible recogimiento de las pieles laxas y mejora la textura de las mismas.
A pesar de los grandiosos beneficios de este tratamiento también hay otras opciones que pueden ayudar y complementar. El cambio de los hábitos alimenticios como la reducción en la ingesta de carbohidratos y grasas, el aumento del consumo de vegetales, legumbres y frutas, a su vez realizar ejercicios especialmente de tonificación nunca están demás. “Es importante recordar que lo que la naturaleza tardó 9 meses en hacer no se irá en uno o dos meses, hay que tener paciencia y constancia”, destaca Rivera.