Miles de cubanos en el exilio celebraron la desaparición física del líder de la revolución cubana
AFP / Leila Macor
Gritaban «¡Cuba libre!» y «¡Libertad, libertad!», se bañaban en champán, se tomaban selfis y videos, cantaban y tocaban tambores y cacerolas. Miles de cubanos en Miami celebraban desde el sábado de madrugada la muerte de Fidel Castro.
«Es triste que uno se alegre de la muerte de una persona, pero es que esa persona nunca debió haber nacido», dijo Pablo Arencibia, un maestro de 67 años que salió de Cuba hace 20.
«Satanás es el que tiene que preocuparse ahora, que Fidel va para ahí y le va a querer quitar el puesto», bromeó, casi inaudible entre los los cacerolazos, los tambores y las bocinas.
Con comentarios como «demoró demasiado» o «¡falta Raúl!», más de mil personas en Pequeña Habana y otro tanto en Hialeah -dos vecindarios de Miami que son bastión del exilio cubano-, cantaban, bailaban y se abrazaban para celebrar la muerte el viernes de noche del líder de 90 años.