Un Estado fallido es una condición que impuso la ONU, conjuntamente con el Consejo de Seguridad, para intervenir en un país cuando el Estado no controla su población ante el auge de la delincuencia, la crisis alimentaria
El año pasado, en la subregión de Barlovento, el número de asesinatos, secuestros, hurtos, desplazamientos, batió un récord desde los tiempos de la guerrilla en los años sesenta del siglo pasado.
Las cifras y los hechos son alarmantes. El más sonado de la semana pasada, y no por tratarse de la diputada cimarrona Nora Delgado, fue el de la señora afrodescendiente Florángel Clemente en el Caserío Mendoza, municipio Acevedo, quien fue asesinada el pasado martes en la tardecita en su casa, a causa de enfrentamiento entre bandas rivales por el control del territorio.
El municipio Acevedo (que desde hace tiempo está en ACV) y el municipio Andrés Bello mantienen un récord de inseguridad, mientras el Estado Miranda es el territorio más inseguro de todo el país.
En Barlovento, la carencia de atención hospitalaria está afectando a todos, ya que no se cuenta con una ambulancia propia, como lo vivió el cimarrón y activista afrobarloventeño Freddy Blanco, quien no consiguió una ambulancia en ninguno de los seis municipios el pasado domingo, para trasladar al hospital Domingo Luciani a su padre, quien lamentablemente falleció unas horas más tarde al ser trasladado en un carro particular de un camarada.
La comida está a precio de dólar libre. Por poner un ejemplo: un kilo de arroz o azúcar está más caro en San José de Barlovento que en Estados Unidos. Las alcaldías no están dando respuestas a los problemas más sentidos de las comunidades. Algunos altos dirigentes del partido, lejos de aceptar las críticas constructivas, se envalentonan, se ponen como puerco espín y esa no es la idea. La vaina está en cómo canalizar esas inquietudes, dar respuesta a tiempo, coherente y no autoritarias. Si la gente está viendo corrupción, hay que atacarla; si están sintiendo atropellos en las colas por parte de los militares para alcanzar una miserable harina, hay que denunciarlos. Ya la gente no puede ni debe callar ante esos monstruos vestidos de rojos incrustados como vampiros en las instituciones del Estado y que comen tres veces al día, no se calan las colas, no les falla el transporte y tienen guarda espaldas para tirar pa’l techo.
Se trata de la defensa de diecisiete años de proceso bolivariano, con el cual se sigue esperanzado en un proyecto de país donde los menos beneficiados han recibido lo que nunca recibieron en sus miserables vidas. “No podemos echar atrás todo esto, pues la derecha ya sabemos qué quiere y por donde viene”, me han comentado, pero hay que reorganizar el proceso con los mejores y no con los reciclados del fracaso y malamañosos del presente.
Micro Estado fallido
La agudización de la problemática barloventeña en los últimos años es una realidad inocultable. Así como hemos dicho, hemos tenido dos vicepresidentes, varios ministros, jefes de alta jerarquía en el partido de gobierno y los seis municipios en manos del proceso bolivariano. ¿Pero por qué en Barlovento, a parte de las observaciones mencionadas anteriormente, es incontrolable? ¿Por qué la pasividad del gobernador Henrique Capriles ante estos hechos? ¿Por qué como gobernador del estado no ha establecido un plan concreto para dialogar con el gobierno central y buscar salidas juntos a esta problemática? O es bruto o simplemente está jugando a un ensayo de lo que se conoce como Estado fallido y que pudiera reproducirse luego en otros estados y así colocar a Venezuela en esa circunscripción, como desde hace rato lo viene planteando la ultraderecha fascista-racista integrada por Voluntad Popular y Primero Justicia, los principales partidos de la desacatada Asamblea Nacional. Como hemos dicho en artículos anteriores, un Estado fallido es una condición que impuso la Organización de las Naciones Unidas, conjuntamente con su organismo del Consejo de Seguridad, para intervenir en un país cuando el Estado no controla su población ante el auge de la delincuencia, la crisis alimentaria, sanitaria, entre otros aspectos, como han hecho en países como Mali o República Centroafricana. En el fondo, es todo un plan que, aunado a la inoperancia de las mayorías de las alcaldias en Barlovento y de las prácticas inadecuadas de las instituciones y sus gerentes, se están prestando para esa estrategia de la ultraderecha.
CHU CHE RÍAS
-El movimiento Afrorevolucionario Juan Ramón Lugo lamenta la desaparición física del profesor Freddy Blanco, padre del cimarron Freddy «Pollito» Blanco, así como el asesinato de Florángel Clemente, hermana de la diputada barloventeña y cimarrona Nora Delgado.
-Aristóbulo Istúriz, ministro de las Comunas y Movimientos Sociales, está cerrado al dialogo con el Movimiento Afrorevolucionario Juan Ramón Lugo. No respondió una carta enviada a su despacho cuando era vicepresidente. Luego se le solicitó una reunión para entregarle unas encuestas sobre la terrible situación que están padeciendo las comunidades afro, a las cuales Conadecafro no está dando respuestas, y tampoco ha respondido y se sigue apoyando en los que se han denominado los afroesclavizados domésticos, quienes obedecen ciegamente a sus mayorales… Ta’bueno Mayoral, ta’ bueno.
-En un foro realizado por el movimiento afroguaireño sobre el tema del Decenio Afrodescendientes, la mayoría de los participantes expresaron su descontento por el hecho de que el gobernador ha ocultado la triste realidad del estado más afrodescendiente de Venezuela.
-La gente del Mango de Ocoyta (estado Miranda) espera que Corpomiranda comience con las obras para la solución del problema del agua potable, como ofreció su presidente el pasado 10 de noviembre en la conmemoración del día del cimarrón Guillermo Ribas.
LA VOZ DE AFROAMÉRICA / Por Jesús Chucho García