El título de esta columna nos recuerda una famosa canción de Frank Sinatra, pero también hace alusión a la forma en que actuamos los seres humanos cuando no conocemos a Dios.
Si queremos lograr nuestras metas y sobre todo estar bien ante Dios, debemos entender que nuestro camino debe estar dentro de su voluntad y no de la nuestra, es decir que todas las cosas deben hacerse a su manera y no a la nuestra.
Las Santas Escrituras nos recuerdan que: “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte. Aún en la risa tendrá dolor en el corazón y el término de la alegría es congoja. De sus caminos será hastiado el necio de corazón, pero el hombre de bien estará contento del suyo”, Proverbios 14:12-14.
Lamentablemente el ser humano se empeña en desobedecer la voluntad de Dios para su vida y se empeña en actuar según sus criterios.
Y esta actitud es calificada por Dios como necedad y rebeldía, alertándole sobre las consecuencias que conllevarán sobre su vida.
“¿Están ustedes dispuestos a obedecer? Comerán lo mejor de la tierra. ¿Se niegan y se rebelan? Serán devorados por la espada. El Señor mismo lo ha dicho”, versículos 19 y 20, capítulo 1 del libro de Isaías.
La desobediencia del hombre es la que ha ocasionado los graves problemas que actualmente sufre la humanidad y es necesario que reconozcamos que la solución a todas esas dificultades está en Jesucristo.
En la medida en que no actuemos a nuestra manera sino a la manera de Dios, siguiendo sus instrucciones y buscando siempre agradarle a Él; las bendiciones y promesas que nos ha dejado en las Santas Escrituras, llegarán a nuestra vida.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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