Los señalamientos actuales del ex Fiscal General del chavecismo, contrariado por el apego de Luisa Ortega Díaz al artículo 2 de la Constitución bolivariana, nos aclaran mucho sobre el caso de Danilo Anderson y el manejo de la justicia en todos esos años
Desde que la Fiscal General de la República señalara acertadamente la ruptura del orden constitucional, como resultado de dos sentencias del Tribunal Supremo que designaban a Nicolás Maduro como nuevo monarca de Venezuela, el Gobierno comenzó una cobarde campaña de descrédito, irrespeto y hostigamiento contra Luisa Ortega Díaz, la cual sería extendida y profundizada por Isaías Rodríguez, ex fiscal general, a quien se trajeron desde el paraíso europeo, donde disfrutaba las mieles de la abundancia.
Como buen empleado de la Cancillería, en el cargo de embajador en un país hermoso y culturalmente estimulante, en el que no ha conocido las penurias de los últimos años de la población venezolana, Isaías ha declarado que Luisa Ortega ha caído en una “red de fiscales antirrevolucionarios”, que él dejó luego de salir de la Fiscalía.
Para Rodríguez, las verdades jurídicas y reales son una cuestión de revolución y contrarrevolución; así analiza él los casos en el “Estado de justicia y de derecho” que supuestamente es la República Bolivariana de Venezuela, según la Constitución actual.
No en balde, en la investigación por la muerte del fiscal cuarto ambiental Danilo Anderson, asesinado con explosivos G4 hace 11 años y conducida por Rodríguez, se presentaron enormes irregularidades, principalmente sobre la idoneidad de un testigo calificado de “estrella” por Isaías, exparamilitar colombiano y preso en su país por fraude de identidad en la misma época del asesinato investigado, Giovanni José Vázquez de Armas.
Con todas las incongruencias del testimonio de este testigo, el mismo sirvió para acusar a personas opositoras: Mezzerhane, Patricia Poleo, Romaní y Áñez Núñez, y desviar la atención de sospechas que involucraban a otros actores.
El propio Rodríguez llegó a decir que a su testigo “estrella” no se le podía creer todo lo que decía, lo que significa que la Fiscalía escogía lo que quería creer de sus declaraciones, es decir lo que fuera conveniente a la revolución. Pagaron a un mercenario para que expresara lo que el Gobierno en aquel momento necesitaba.
Los señalamientos actuales del ex Fiscal General del chavecismo, contrariado por el apego de Luisa Ortega Díaz al artículo 2 de la Constitución bolivariana, Carta Magna que hoy es una molestia para las intenciones hegemónicas y absolutistas de la claque gobernante a la que sirve Isaías Rodríguez, nos aclaran mucho sobre el caso de Danilo Anderson y el manejo de la justicia en todos esos años.
Que personas como Cabello, Carreño y algunos otros, quieran seguir manipulando la justicia en esa perversa forma, en función de si los favorece o no políticamente como gobierno y como personas con grandes privilegios, se entiende. No son gente con formación, ni del campo de la cultura, ni del nivel intelectual de Isaías Rodríguez; están muy por debajo.
Pero esperar la última época de la vida, para prestarse a organizar en la Fiscalía una suerte de disidencia y subversión contra Luisa Ortega Díaz, la justicia, el derecho, la nación y la democracia, es mucho más que lamentable.
Luis Fuenmayor Toro