Las Santas Escrituras están llenas de bendiciones y promesas que Dios ofrece, a quienes les obedecen y han reconocido a su Hijo Jesucristo como Señor y Salvador personal.
No es suficiente decir que creemos en Dios, es necesario que reconozcamos y confesemos ante el Padre que somos pecadores, nos arrepintamos y entreguemos nuestra vida a Jesucristo, para recibir el perdón y el regalo de la salvación y vida eterna.
En el libro de Éxodo, capítulo 23, versículo 25 podemos leer: “Adora al Señor tú Dios y Él bendecirá tu pan y tu agua”.
Y en el versículo 23, capítulo 30 del libro de Isaías está esta promesa: “El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra y el alimento que produzca la tierra, será suculento y abundante”.
En el libro de Deuteronomio leemos: “Bendito serás tú en la ciudad y bendito en el campo”…”Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas”…”Bendito será tu entrar y bendito tu salir”…capítulo 28, versículos 3, 4, 6.
Jesucristo nos dice en el versículo 17, capítulo 7 del evangelio de Juan: “El que me ama obedecerá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos nuestra vivienda en él”.
Primera Carta de Juan, 2:25, “Esta es la promesa que Él nos dio: la vida eterna”. Salmo 34:19, “Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas”, Juan 12:4-6, “Yo soy la luz que ha venido al mundo, para que todo el que cree en mi no viva en tinieblas”.
¿Quieres conocer más de las promesas y bendiciones que tiene Dios para ti?, te invito a leer la Biblia.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y recibirlo como Señor y Salvador personal.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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