¿Conoces personas que un día están de un humor y al otro se comportan de manera totalmente opuesta, al punto que parecieran ser otra persona?.
Esa es una condición denominada doble ánimo y es importante saber que a Dios le desagrada esa actitud del ser humano.
La Epístola de Santiago, nos dice en el capítulo 1 versículo 8: “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” y en el versículo 8, capítulo 4 leemos: “Y vosotros, los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.
La persona que es de doble ánimo, es alguien en quien no se puede confiar, ya que incumple sus promesas, es irresponsable y hasta se vuelve insensible y egoísta.
Todas esas características de un ser humano, no solo influyen negativamente en el trato con los demás, sino que afectan la relación que podamos tener con Dios.
Los versículos 4 y 5 del capítulo 5 del libro de Eclesiastés señalan lo siguiente: “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirlas, porque Él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas y no que prometas y no cumplas”.
¿Cuántas veces le ha prometido a Dios que vas a hacer lo bueno y no lo has hecho?, ¿Y que de las promesas que has hecho a tus padres, conyugue o hijos?. ¿Las has cumplido o las has olvidado?.
La Biblia nos dice “Porque recta es la palabra de Jehová y toda su obra es hecha en fidelidad”, Salmo 33, versículo 4.
Es el momento de buscar la sabiduría del Espíritu Santo y pedirle que te enseñe y te ayuda a ser obediente y fiel, tanto con Dios como con tus seres queridos.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y recibirlo como Señor y Salvador personal.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios. Lic. Beatriz Martínez (CNP 988) beaperiodista@hotmail.com