A merced del hampa están los viajeros de la carretera nacional Cúa-San Casimiro, entre los estados Miranda y Aragua. Los malhechores operan particularmente después de las 6:00 de la tarde. Los 31 kilómetros de carretera, que comunican al centro del país con los Llanos venezolanos, se han convertido en centros de operaciones de bandas delictivas que comentan sus fechorías, sin que ningún ente de seguridad del Estado “le meta el pecho” a la crítica situación.
Los grupos hamponiles están conformados entre 20 y 30 hombres. En algunos casos son más. Estos integrantes, en su mayoría, son jóvenes con edades comprendidas entre 16 y 24 años; lo que representa un peligro aún mayor para sus víctimas, ya que a estos muchachos no les temblará “el pulso” a la hora de cometer un asesinato y así ha ocurrido en muchas oportunidades.
Las fuentes policiales consultadas por el diario La Voz señalaron que los delincuentes poseen potentes armas de fuego, particularmente fusiles y pistolas. También, tienen granadas.
Uno de los pillos más peligrosos en la zona es apodado “Júnior Nicomedes”, quien es el pran de la banda que opera en La Palmita de Quebrada Honda, cuyo radio de acción es hasta El Yagual; donde están sus enemigos: “Los Yagualeros”.
La fuente estimó que “Júnior Nicomedes” o “Pololo”, como también es conocido este sujeto, tiene unos 30 hombres a su mando. Este grupo dispone de cuatro a seis fusiles. Además, portan escopetas, pistolas, granadas y radios portátiles que en muchos casos han sido robados a policías asesinados.
Asimismo, pudimos conocer que “Los Yagualeros” son unos 25 sujetos y cuentan con una artillería similar a las de sus “culebras”. A “Júnior Nicomedes” lo acompañan en sus acciones delictivas “El Oreja”, “El Ovejo” y “El Alvarito”, quienes están plenamente identificados en la policía. También, en el grupo están: “El Chiquito”, “El Guacharaco” y “El Yeison”.
Secuestros…
El modus operandi de estos antisociales consiste en colocar obstáculos en la vía, bien sean barricadas o “miguelitos”, para obligar a los conductores a detener la marcha. Esto lo hacen después de las 6:00 de la tarde. Una vez que los choferes se ven forzados a bajar la velocidad son sorprendidos por los delincuentes, quienes secuestran a una o dos personas que vayan en el auto. “Una vez con las víctimas en su poder, las llevan a una zona boscosa, mientras le exigen al conductor una determinada cantidad de dinero para la liberación de las personas en cautiverio”, dijo el policía, al referir que la exigencia del dinero depende de la marca, modelo y año del carro. En muchos casos también se apoderan de los vehículos.
Crímenes en ascenso
En lo que ha transcurrido del año 2017 en la carretera Cúa-San Casimiro han ocurrido más de 25 homicidios. Los crímenes están relacionados con resistencia al robo, enfrentamiento entre delincuentes por el control de la zona y otros a determinar. La última víctima de los maleantes fue Daniel Omar Porras Gil (43). Este hombre al parecer iba con su mujer e hija cuando los interceptaron unos pistoleros. Luego, dejaron a su familia en cautiverio y enviaron a Porras Gil a buscar una determinada suma de dinero, pero por razones desconocidas, le efectuaron un disparo de escopeta en el abdomen. El hombre murió en el hospital local. Las personas secuestradas fueron liberadas posteriormente. Al parecer, en la actualidad una adolescente de 15 años está en poder de “Júnior Nicomedes” y su banda. Piden a sus parientes dinero en efectivo para dejarla ir.
Nadie hace nada…
Las acciones de “Júnior Nicomedes” y “Los Yagualeros” son ‘vox populi’ en la población del municipio Urdaneta y es del conocimiento de los cuerpos de seguridad, pero esta situación parece no importarle a ninguna autoridad gubernamental, ni policial. Los delincuentes siguen operando a sus anchas y los 29 minutos de carretera, entre Cúa y San Casimiro, pueden convertirse en horas de terror o en el peor de los casos, en mortales, para quienes transiten por esta vía.
MIP-TUY / Jean Carlos Rodríguez
jcarlos_yaco@hotmail.com
@jeancrodríguez_