La aparición del circulante de más alta denominación, lejos de ser un alivio se ha convertido en una «tortura», ya que la mayoría de los comercios no posee sencillo para su canje
En cualquier local de los Valles del Tuy dos empanadas y un jugo están por el orden de Bs. 25 mil, pero si usted pretende desayunar y pagar con un billete de 100 mil bolívares, se quedará con las ganas, ya que en la mayoría de los comercios no disponen de sencillo para dar vuelto.
Ahí, comienza el peregrinar mañanero de los tuyeros en una hazaña por probar el primer bocado del día que, seguramente, está obligado a hacer en la calle, ya que ante la crisis alimentaria del país, no tiene harina de maíz en su casa para elaborar la tradicional arepa.
José Francisco debió ir a cuatro ventas de empanadas en el casco central de Ocumare del Tuy para intentar desayunar. Finalmente, no pudo. Su esfuerzo fue en vano. En ninguno de los locales tenían para devolverle entre 75 y 70 mil bolívares.
«A simple vista parece algo insignificante, pero eso ocurre en un país donde cada vez estamos peor y pareciera que la mayoría se va, gradualmente, adaptando a lo malo, lo cual finalmente ve con buenos ojos. Yo me resisto a esto», expresó a este medio José Francisco, quien en su rostro refleja un gesto de impotencia y tristeza.
Esta situación no solo la vive quien simplemente desea comer un par de empanadas y degustar un jugo de cualquier fruta tropical. No. Esto también lo sufre quien va a una farmacia a adquirir un medicamento, cuyo valor es bajo.
«A mí me pasó», cuenta sorprendida Ana Isabel, quien fue a una farmacia en la avenida Bolívar de Charallave a comprar una caja de Atamel.
«La medicina cuesta Bs. 3.500 y como pretendí pagar con un billete de la mayor denominación que poseemos me dijeron que no tenían vuelto y no pude hacer la compra», detalló la mujer, al referir que situación similar le sucedió en una carnicería donde le dijeron que para poder canjearle un billete de Bs. 100 mil su compra debería ser superior a los 60 mil bolívares. Esto, le sorprendió.
¡Ah, pero tienes punto!
Los puntos de venta, para pagar con tarjetas de débito, crédito, cesta tikets o las otorgadas por el Gobierno nacional, también se han convertido en un dolor de cabeza para los usuarios y sus clientes.
El sistema deja de funcionar o lo hace muy lento. Las personas, quizás rezando mentalmente para que la transacción ocurra (la tarjeta pase), espera hasta una hora, mientras el encargado de cobrar intenta la operación una y otra vez. En las últimas semanas el sistema ha estado presentando fallas, los clientes no han podido hacer sus compras y deben devolver la mercancía porque tampoco poseen dinero en efectivo para pagar al momento.
«Esto es una situación que nos afecta a todos», comentó un mercante ocumareño, al señalar que las fallas en los puntos de venta y la escasez de efectivo merman las ventas y sus ganancias, «lo que pone en riesgo nuestro negocios y trabajadores».
MIP-TUY Agencia
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