Subir las escaleras de tu edificio, caminar en plano, o simplemente estar sentado viendo la televisión son actividades que, por muy simple que parezcan, pueden ocasionar que las personas que las realizan se sientan que no pueden respirar adecuadamente. A este fenómeno se le llama disnea.
“La disnea puede ser definida como la sensación de falta de aire, la cual se puede presentar al realizar alguna actividad física o en reposo. Esto puede limitar de manera importante el día a día de los individuos que la padecen” afirma la Dra. Rosana Palatz, médico especialista en neumonología de Servicios Respiratorios K26.
Existen varias clasificaciones para evaluar su severidad y se relacionan con el tipo de actividad física que desencadena este síntoma. A medida que aparece la disnea ante un esfuerzo menor refleja mayor severidad de la enfermedad subyacente. Varias enfermedades pueden ser las causantes de este síntoma, principalmente enfermedades pulmonares y cardíacas:
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
- Asma
- Fibrosis pulmonar
- Enfermedades intersticiales pulmonares
- Neumonía
- Derrame pleural
- Insuficiencia cardíaca
- Cardiopatía isquémica crónica
- Enfermedades de las válvulas cardíacas
- Arritmias cardíacas
Muchas de estas enfermedades requieren tratamiento permanente y al controlarse la enfermedad mejorarán los síntomas, con posibilidad de disminución de la disnea e inclusive desaparición de la misma.
Para saber la etiología o causa de la disnea es necesario evaluar al paciente, interrogarlo, examinarlo y realizarle varias pruebas según sea la sospecha médica. Para diagnosticar enfermedades pulmonares como la causa es necesario evaluar:
– La anatomía pulmonar a través de estudios de imagen: Rx de tórax y/o tomografía de tórax según sea el caso.
– La función pulmonar: Dentro de las pruebas de función pulmonar se encuentran aquellas que nos permiten evaluar el paso de aire a través de los bronquios (espirometría), el tamaño de los pulmones y sus capacidades (medición de volúmenes pulmonares), la capacidad del pulmón de hacer intercambio gaseoso con el ambiente, es decir, eliminar dióxido de carbono del cuerpo y absorber oxígeno (prueba de difusión de monóxido de carbono), y la tolerancia física al ejercicio según la capacidad pulmonar y oxigenación (prueba de caminata de 6 minutos). Existen laboratorios especializados donde se realizan estos estudios, los cuales deben ser indicados por el médico tratante, preferiblemente un especialista en el área respiratoria (neumonología).
Tratamiento
El tratamiento de la dificultad respiratoria depende de la causa concreta. Por norma general, se recomienda dejar de fumar, alejarse de ambientes cargados de humo, evitar la exposición a químicos inhalados (jabones, desinfectantes, perfumes, entre otros) e identificar las actividades que desencadenan la disnea para prevenir su aparición. Además es imprescindible tener el diagnóstico preciso de la enfermedad causante para poder recibir el tratamiento farmacológico adecuado.