El presidente brasileño, Michel Temer, y su par boliviano, Evo Morales, firmaron este martes en Brasilia acuerdos en materia de energía, seguridad fronteriza y transportes, dejando atrás los roces diplomáticos que siguieron al impeachment de Dilma Rousseff en 2016.
«Bolivia necesita de Brasil», dijo Morales, resumiendo el clima del encuentro.
Dieciséis meses antes había llamado a su embajador a consulta en protesta contra lo que consideraba un «golpe parlamentario» para destituir a su aliada izquierdista y entronizar a Temer, un político de sesgo conservador.
«Nuestra sociedad siempre tuvo y tiene [con Bolivia] objetivos de largo plazo», apuntó Temer.
Durante un almuerzo en el que participaron integrantes de ambos gobiernos y numerosos legisladores brasileños, Temer hizo una rápida mención a un posible proyecto ferroviario para exportar productos brasileños hacia Asia por el Océano Pacífico, pasando por Bolivia.
Morales, en cambio, que llamó «hermano» al mandatario brasileño, se mostró mucho más entusiasmado por la iniciativa.
Comparó los tiempos que insume o insumiría enviar bienes del gigante sudamericano a Shanghái: 58 días navegando por el Cabo de Hornos, 67 días por el canal de Panamá y 36 días por la vía férrea propuesta, llamada «corredor bioceánico».
AFP