Cuando presenciamos cómo Venezuela se parece cada vez menos al país que deseamos, es incluso más urgente que nunca preservar cualquier faro de luz que nos permita confiar en la certeza de un futuro mejor
No nos cabe duda de que Venezuela está transitando una de las etapas más complejas de nuestra historia, así como una verdadera prueba de fuego para su ciudadanía.
Sin duda, uno de los episodios más difíciles de este ya prolongado y agotador tránsito, fue la reciente elección de alcaldes.
Las fuerzas alternativas democráticas venimos de una larga etapa de duras adversidades, y las discusiones internas, legítimas por lo demás, contribuyeron a minar de manera más profunda las ya gastadas fuerzas.
El análisis de este episodio en general quedará para la perspectiva que nos pueda dar el tiempo. Por nuestra parte, siempre insistimos en la participación, ya que es la única arma efectiva del ciudadano pacífico para poder apostarle a un cambio tan urgente como necesario.
En esta oportunidad, queremos dedicarnos una vez más a Baruta. No solamente porque ha sido nuestro laboratorio de ciudadanía por casi veinte años, sino además porque es nuestro hogar y, por si fuera poco, siempre le hemos apostado a replicar sus experiencias exitosas al país entero, para impulsar el crecimiento y el desarrollo que merecemos todos.
Hoy, primeramente, podemos decir más que nunca que sentimos orgullo de ser baruteños. Porque nuestros vecinos, convencidos de que el ejercicio de la ciudadanía es la herramienta impulsora del cambio, no se dejaron vencer. No se derrotaron a sí mismos antes de dar la pelea y se negaron a ser colonizados por eso que laman la indefensión o desesperanza aprendida. Los hechos nos dan la razón. Nuestra gente participó, ejerció su derecho y los resultados nos trajeron buenas noticias.
Baruta salió a la calle el pasado 10 de diciembre, y la tarea se hizo. Primero que nada, defendimos a nuestro municipio. Un municipio que es nuestra casa y que está lleno de logros. De unos logros colectivos, cuyo único protagonista es el gentilicio baruteño.
Cuando presenciamos cómo Venezuela se parece cada vez menos al país que deseamos, es incluso más urgente que nunca preservar cualquier faro de luz que nos permita confiar en la certeza de un futuro mejor. Y ello es ni más ni menos que garantizarles a nuestros vecinos la ruta al progreso y al bienestar.
No solamente se trata de aplaudir que no nos rendimos a la desesperanza. Es también celebrar que llevamos al frente del Ejecutivo municipal a un venezolano con el perfil de Darwin González.
Estamos hablando de un servidor público joven y de las nuevas generaciones, lo cual es un logro de gran envergadura, cuando la atípica situación política que padece el país nos ha llevado a ver durante más de tres lustros a los mismos rostros, un elenco político que se recicla y nada soluciona.
Es una decisión congruente y atinada de los votantes el colocar al frente de la administración municipal a alguien que viene desde esa misma instancia, que ha hecho carrera en dentro de ella, sin aspavientos ni afán de titulares. Muy por el contrario, ha caminado a pie los cuatro puntos cardinales del municipio, y no es conocido de los vecinos por la propaganda de televisión, sino por tropezárselo en las calles y esquinas, en los comercios y eventos de las comunidades.
No se trata de alguien de súbita fama deslumbrado por el brillo que parece acompañar a los mandatarios locales y que es en realidad un espejismo, porque hablamos de una tarea que requiere de un trabajo a brazo partido, si se desea ser realmente útil a la gente.
Si bien no se pudo lograr del todo la tan necesaria unidad, única estrategia comprobada para superar el momento adverso que padecemos, la meridiana conciencia política del votante de nuestro municipio exorcizó el temor de que este error nos costara muy caro y perdiéramos todo lo valioso que nos enorgullece de ser baruteños.
Darwin es, en resumen, el prototipo de la nueva generación que comienza a emerger para tomar las riendas de Venezuela. Con satisfacción decimos que Baruta nos está trayendo a todos los venezolanos una de las mejoras noticias en medio del desconcierto y la adversidad de los últimos tiempos.
Son muchos los jóvenes como Darwin que, apertrechados de educación y trabajo, comienzan a tomar todos los escenarios de nuestra tierra y a impulsar ese cambio impostergable que no nos pueden confiscar porque es ley de vida.
Al menos en el territorio que hoy nos ocupa, no perdimos y ganamos mucho. Contra todo pronóstico, Baruta siguió hacia adelante, continuará creciendo y construye hoy una nueva etapa de su historia de manera coherente con lo que ha sido hasta el momento.
Sí es posible. Eso es lo que deseamos todos para cada municipio del país y es posible con verdadera unidad, postulando a los mejores, a los más preparados, a quienes tienen vocación de servicio real y conocen a fondo sus comunidades y sus problemas.
David Uzcátegui
¡»Si bien no se pudo lograr del todo la tan necesaria unidad, única estrategia comprobada para superar el momento adverso que padecemos, la meridiana conciencia política del votante de nuestro municipio exorcizó el temor de que este error nos costara muy caro y perdiéramos todo lo valioso que nos enorgullece de ser baruteños»…