Azotados por motorizados se sienten los habitantes de la urbanización Matalinda de Charallave, quienes son despojados de sus pertenencias a punta de pistola. Los robos ocurren cuando los lugareños se desplazan como transeúntes por las calles de la referida urbe.
Los afectados dijeron que son flagelados por sujetos en motos, quienes ingresan al urbanismo a cualquier hora del día o la noche. Los hampones roban a sus víctimas en las madrugadas o en las tardes, cuando las personas van o regresan de sus centros de estudios o de trabajo.
Rosa Elena Mijares, quienes es doméstica en una de las residencias de Matalinda, narró que en 2017 fue robada cuatro veces.
“En una oportunidad me quitaron mi telefonito, que solo servía para mandar mensajes”, dijo la mujer, al referir que en esa ocasión también la despojaron de un par de zapatos usados que le había regalado su patrón, para que uno de sus hijos pudiera ir al liceo.
A Matalinda también ingresan sujetos a robar en carros y camiones. En varias oportunidades han desvalijado viviendas, mientras que sus propietarios son dejados maniatados y amordazados.
“A mi vecino lo apuntaron saliendo de su casa y lo encerraron, junto a su esposa y sus dos pequeños hijos en uno de los baños, mientras los delincuentes cargaron con todos sus enseres y otros bienes”, narró Ramón Echezuría, quien además dijo que en la zona nunca ven a la policía.
La oscuridad en la calles, ante el deterioro del alumbrado público, también facilita las acciones vandálicas de los malhechores que operan en este urbanismo charallavense. Sus habitantes esperan atención oficial.
MIP – TUY / JCR