En el evangelio de Juan, capítulo 22, desde el versículo 36 hasta el versículo 40 podemos leer lo siguiente:
“Maestro ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley?. Jesús les dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento y el segundo es semejante: amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
Si analizamos el primer mandamiento observamos que Cristo destaca que a Dios hay que amarlo con todo lo que somos y ser nuestra prioridad en la vida de cada uno de nosotros. Y eso es lo que Él trataba de explicarle a quienes le hicieron esa pregunta.
Veamos que nos dice al respecto el libro de Éxodo, en el capítulo 20, versículos del 1 al 7: “Y habló Dios todas estas palabras diciendo: yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra. No te inclinarás a ellos ni los honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”.
De esta forma amas a Dios?. ¿O hay alguien o algo que ocupe el primer lugar en tu corazón?. Para Dios, tú eres lo más importante y Él espera de ti lo mismo. Él quiere bendecirnos, pero de nosotros depende si queremos recibir o no esas bendiciones.
Ser cristiano no es pertenecer a una religión, es tener una relación personal con Jesucristo, como Salvador y Señor de nuestra vida. Dios te bendiga y te guarde, Hasta la próxima entrega de La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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