Dos mujeres se detuvieron a hacerse una fotografía, cuando del techo de paraguas apenas quedaba la mitad. Quienes pasaban miraban con curiosidad y apuraban algunas fotos de último momento
Así como fueron puestos, así mismo fueron desmontados, sin previo aviso. Unos cinco obreros con una grúa hacían la labor de bajar los paraguas de colores que, durante seis meses, detenían a la multitud para tomarse fotos en pleno centro de Caracas, en el Pasaje Linares.
El 9 de abril fueron puestos allí. Este miércoles 6 de noviembre, las sombrillas caían al suelo en cadena. Una a una fueron descendiendo, mientras los que pasaban se frenaban de nuevo, pero esta vez para verlos marcharse.
Dos mujeres se detuvieron a hacerse una fotografía, cuando del techo de paraguas apenas quedaba la mitad. Quienes pasaban miraban con curiosidad. El acceso estaba restringido. Dos cercas fueron puestas en ambas entradas. Solo dos carritos de paletas aguardaban allí abajo.
La zona que bordea el pasaje vive en constante remodelación desde hace un par de años. En la avenida Sur 21 comienzan a aparecer tiendas de chocolates, flores y golfeados. La cuadra se construye con una estética similar. Atrás quedaron los locales rudimentarios de piñaterías. La manzana se llena de establecimientos suntuosos que aún no han sido terminados, pero que desde ya contrastan con las tradicionales tiendas de la zona.
Al lado del Pasaje Linares, frente a la Casa Natal del Libertador, un techo de luces de Navidad que simulan la bandera de Venezuela lleva semanas captando la atención. La calle está también decorada con instalaciones color violeta. Los paraguas que se fueron destiñendo por el sol y el agua este miércoles eran arrumados dentro de lo que aparentemente será un centro comercial.
En abril, la Alcaldía de Caracas no aclaró si la instalación era una iniciativa privada o extranjera o si provenía de ingresos oficiales. En su cuenta de Twitter no se hacía mención del tema, que también causó indignación entre una parte de la población, en un país donde los servicios básicos han colapsado. Algunos de los principales reclamos en las manifestaciones es el acceso a agua, electricidad y gas.
Caracas encabeza el ránking de las ciudades más peligrosas del mundo. Las calles en su mayoría, después de las 7:00 de la noche, lucen desoladas. Vías agrietadas, postes sin luz y basura derramada es el paisaje que los peatones se consiguen al caminar. Alrededor del Pasaje Linares se gesta otra realidad. Paraguas de colores, arreglos de Navidad, pero sobre todo luces. La luz que cientos de venezolanos ya no recuerdan desde que el sistema eléctrico colapsó en marzo de este año.
Ariadna García/Crónica.Uno