Los productos viajan a través de compañías privadas de envíos, aprovechando este año una inédita exoneración del 100 % de los impuestos aduanales y la exigencia de menos requisitos por parte de las autoridades
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lleva un par de años presionando por la salida del poder del gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero aún en medio de las sanciones que impone, cada vez más alimentos y golosinas llegan a puertos de Venezuela desde las cadenas de alimentos en el estado de Florida, destacó un reciente estudio realizado por la agencia de noticias Reuters.
Cajas de Nutella, mantequilla de maní o leche de almendras, productos casi imposibles de encontrar hasta hace un año. Actualmente en más de un centenar de bodegones que aceptan pagos en dólares. Una válvula de escape que le reduce presión al régimen.
Los empresarios venezolanos se aprovecharon de una silenciosa flexibilización de los controles de precios, cambio y trámites de importación vigentes desde hace casi dos décadas. Esto para comprar directamente a mayoristas estadounidenses como Costco y Walmart.
Los productos viajan a través de compañías privadas de envíos aprovechando este año una inédita exoneración del 100 % de los impuestos aduanales y la exigencia de menos requisitos por parte de las autoridades. Según señalaron 11 fuentes entre agentes de aduanas, operadores y empresarios que ofrecen esos artículos en los bodegones. “Lo que están buscando, específicamente en Estados Unidos, lo pueden conseguir en Venezuela”, dijo Héctor Mambel, dueño de una tienda en la zona costera de Puerto Cabello y que la llamó “Mini Walmart”. Usa la misma tipografía y diseño de la cadena de supermercados en donde compra la mercancía en Miami desde hace un año.
Las operaciones comerciales con compañías en la costa este de Estados Unidos no están prohibidas por las sanciones económicas de Trump. Permiten que firmas privadas compren alimentos para enviar al país. Sin embargo, esas operaciones desconciertan a las personas acostumbradas a la constante retórica antiimperialista del oficialismo. “No entiendo a este gobierno, que habla pestes de los gringos y sin embargo vemos cómo ahora abundan los productos de Estados Unidos en las tiendas y todo se paga en dólares”, dijo Ligia Martínez, una maestra de 38 años, que compró con efectivo en moneda extranjera que le envía su familia desde el exterior.
Golosinas y delicateses
La abundancia de golosinas, cereales o artículos de cuidado de higiene personal en negocios de delicatesen conocidos como bodegones contrasta con los años de escasez.
Fue a fines de 2018 cuando algunos comercios en Caracas comenzaron a ofrecer artículos importados con precios en divisas. Escena impensable bajo el férreo control de cambio que comenzó a relajarse en agosto de ese año. Desde entonces el número de negocios de este tipo se multiplicó en Caracas.
En un recorrido por la capital, Reuters contabilizó cerca de 120 nuevos bodegones. Están en zonas de clase media, así como en el centro y oeste de la ciudad. Superan en número a unos 27 supermercados ubicados en esas mismas áreas, que por lo general venden productos de la industria local y cobran principalmente en bolívares.
Bodegón digital
En Instagram también se multiplican las cuentas locales que ofrecen alimentos importados y marcan los precios en dólares. “Aquí todo lo que traigo de Miami lo vendo”, dijo bajo anonimato un pequeño comerciante que vende desde hace unos meses por redes sociales, y quien comentó que “ahora hay más competencia, pero igual es negocio porque el venezolano es esnob”.
En al menos la mitad de los más de 100 comercios que visitó Reuters en Caracas fue posible encontrar productos de marcas extranjeras como Members Mark y Kirkland, que en Estados Unidos comercializan dos cadenas mayoristas.
“Nuestros clientes nos piden comprar en Costco o Sam’s Club en Estados Unidos y nosotros importamos lo que nos piden para ellos”, dijo un operador de una compañía de envíos que trae insumos desde Miami a Caracas.
La red mayorista Costco declinó comentar para esta historia y el grupo Walmart no respondió a una solicitud de información. Mientras que el Ministerio de Información, el ente fiscal y las autoridades portuarias tampoco respondieron a solicitudes de comentarios.
Otra consulta se envió sin respuesta al Departamento del Tesoro de Estados Unidos para conocer su opinión sobre estas transacciones.
Otros bodegones compran a importadores mayoristas, y es por esa razón que deben ofrecer precios en dólares más altos para mantener márgenes de ganancia. Por lo que una mezcla para panquecas que en Costco puede costar unos 6,50 dólares se vende entre 14 y 20 dólares en Caracas, dependiendo del número de manos por la que haya pasado.
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Impuestos exonerados
La exoneración de impuestos está vigente hasta diciembre y en los puertos la carga se moviliza con rapidez, sin necesidad de tramitar permisos sanitarios ni otros documentos, agregan los consultados. Nadie sabe que pasará en 2020.
“Esas importaciones tienen facilidades, todo está exonerado”, señaló un empresario conocedor de las operaciones de envíos de productos a Venezuela.
Algunos operadores creen que el gobierno prefiere permitir la llegada de esta mercancía para abastecer parcialmente las ciudades. Una vez que las sanciones dificultaron a entes públicos las compras en el extranjero y las grandes industrias de alimentos producen al mínimo ante la hiperinflación que duplicó el número de pobres en dos años. “La masificación de esos tipos de productos y comercios se convirtió en una política de Estado para abastecer”, dijo Felipe Capozzolo, presidente de Consecomercio, el gremio que agrupa a los comerciantes.