Cuando se habla de altar, la imagen que viene a nuestra mente es un sitio específico del templo, pero no es así. Un altar es un lugar de adoración, alabanza y oración a Dios.
Veamos un versículo bíblico que nos reafirma lo que decimos.
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Mateo capítulo 18, versículo 20.
Esta es una promesa del Señor, que nos indica, que no solamente en la iglesia podemos adorar, alabar y orar a Dios.
Levantemos un altar en nuestro hogar, reuniéndonos en familia para leer la Palabra y allí estará Dios cono nosotros.
De esta manera, nuestra casa se convertirá en un espacio donde la presencia del Todopoderoso fluirá en bendiciones y nos traerá gozo y paz a nuestros corazones.
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. Deuteronomio capítulo 6, versículos 6 y 7.
La familia es muy importante para Dios, por eso es necesario que todo lo que hagamos en su honor sea dirigido por las Santas Escrituras a fin de que llegue hasta su trono, como ofrenda de olor fragante.
Y hagamos lo que nos dice este texto bíblico
“Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos. Dad a Jehová gloria y poder. Dad a Jehová la honra debida a su nombre. Traed ofrenda, y venid delante de él. Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad”. 1era Crónicas capítulo 16, versículos 28 y 29.
Ser cristiano no es profesar una religión, es tener una relación personal con Jesucristo como Salvador y Señor de nuestra vida.
Dios te bendiga y te guarde, hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988) beaperiodista@hotmail.com