Un cambio legal que se votará en la Duma prevé que se impida juzgar a los expresidentes de Rusia también por causas posteriores a sus mandatos
Tras la reforma Constitucional que le permite retener el poder durante dos legislaturas más, Putin blindará también su inmunidad después.
Legisladores del partido Rusia Unida, la formación del Gobierno, han expuesto este martes un proyecto de ley para asegurar la inmunidad a los expresidentes rusos de por vida. El cambio legal dificultaría enormemente procesar a Putin y a Dmitri Medvédev –en el sillón del Kremlin de 2008 a 2012 y el único otro expresidente vivo– por causas anteriores y posteriores a su etapa de mandatarios y no solo por causas derivadas de sus años en el cargo, como la ley dicta ahora.
La reforma les propone una vía para afianzar un futuro tranquilo si abandonan la política. Pero otra reforma legal en marcha les ofrece otra opción tras la presidencia: un cargo de senador vitalicio que también acarrearía un sueldo e inmunidad.
En el proyecto de ley, la inmunidad del presidente –no puede ser detenido, interrogado, sometido a registro— se extiende también a su vivienda, los locales donde trabaje, sus medios de transporte o comunicación, documentos, equipaje, etc. Además, explica el jurista Pavel Berezin, el cambio legal dificultaría al máximo el proceso para destituir a un presidente. “Solo puede ser destituido de su cargo por decisión del Consejo de la Federación [la Cámara alta y la Cámara baja] solo sobre la base de una acusación de traición o de cometer otro delito grave presentado por la Duma Estatal”. También se complica al extremo la posibilidad de retirar la inmunidad.
La profesora de Derecho Constitucional Elena Lukyanova ve en las reformas también una posible señal de que Putin termine su mandato antes de que finalice. “Puede significar que ha comenzado la transición de poder”, aventura la experta. Putin, de 68 años, lleva dos décadas liderando el país, entre sus años como presidente y primer ministro.
La ley para blindar la inmunidad de los expresidentes y la que les brinda la opción de ser senadores vitalicios forman parte del desarrollo normativo de la reforma de la Constitución rusa, que los rusos avalaron con una votación nacional este verano, y que allana el camino para que Putin pueda extender su mandato hasta 2036; tendría 84 años. Todavía deben aprobarse por ambas cámaras del Parlamento, pero están dominadas por el partido del Gobierno y otros afines, así que el camino hacia su promulgación está pavimentado.
«El cambio legal no solo es importante para una persona concreta, sino para la estabilidad del Estado y la sociedad, para que quienes ocupen el puesto de presidente comprendan que existe el estatus de inmunidad y nadie se vengará de ellos o les perseguirá”, ha declarado Pável Krashennikov, uno de los diputados que ha presentado la propuesta. La inmunidad para los exmandatarios, ha defendido el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no es una novedad el derecho internacional. “Se trata de una práctica común en muchos países y está justificada. Desde el punto de vista de la praxis internacional no es una innovación”, ha comentado.
Los cambios que blindan la inmunidad de los expresidentes rusos de por vida han tenido muy en cuenta los sucesos en países como Kirguistán o Armenia, donde se presentaron acusaciones contra los exmandatarios, señala Vadim Tkachenko, director de la consultora especializada VvCube.
La ley sobre inmunidad presidencial que está en proceso de reforma ahora fue impulsada por Putin y aprobada en 2001. Garantizó entonces la retirada sin problemas de su antecesor, Boris Yeltsin, que se había visto envuelto en un escándalo económico por tarjetas y cuentas en el extranjero que involucraban a su familia.