Ponernos en las manos equivocadas para obtener el cuerpo perfecto, puede resultar en un verdadero desastre con secuelas físicas y psicológicas.
Por siglos, la humanidad ha perseguido el ideal de la belleza y la eterna juventud. Gracias a los avances de la ciencia hoy las cirugías plásticas -reconstructivas y estéticas- nos acercan más al cuerpo deseado. ¿Pero qué pasa cuando el sueño se transforma en pesadilla?
El cirujano plástico venezolano, Lino Linares, con más de 20 años de experiencia como practicante, refiere que cerca del 90% de las pacientes que acuden a su consulta, lo hacen para una reintervención, es decir, una que corrija los problemas surgidos de un procedimiento anterior.
“Es una lástima que lleguen tan tarde porque con cada intervención el tejido sufre y es más difícil de revascularizar, que es una condición indispensable para obtener un resultado exitoso a largo plazo, más allá de la foto selfie después del postoperatorio”.
En promedio las pacientes acuden a las manos expertas de Lino Linares luego de tres o cuatro cirugías que han acabado mal, pero se ha dado el caso de hasta ocho intervenciones previas.
Eventos desafortunados
El cirujano plástico Lino Linares aclara que no todos los procedimientos infructuosos se deben a una mala praxis, también pueden ser consecuencia de la modificación de los protocolos postoperatorios.
“La gente sigue consejos de amigos o familiares e incluso de otros cirujanos (que no conocen su historial médico ni los pormenores de la intervención) que le dicen que haga esto o lo otro, por eso yo no doy ‘consejos de fiesta’ y a veces paso por antipático”.
Por otra parte, los malos resultados pueden ser consecuencia de condiciones o enfermedades no diagnosticadas, casi siempre relacionadas con la circulación o el sistema inmunitario, que dejan huella en el posoperatorio (seromas, hematomas, retracción de la cicatriz por infecciones, entre otras), pero que con el manejo adecuado pueden solventarse.
Realidad y ficción
Hablar de los riesgos que implica un nuevo procedimiento y manejar expectativas reales es crucial para un resultado satisfactorio.
“Lamentablemente he tenido evitar reintervenir porque el riesgo es muy grande, hago estudios de imágenes de los vasos sanguíneos que me permiten hacer un pronóstico y hablar de los riesgos, que casi siempre son de irrigación”.
El objetivo es restaurar estética y funcionalmente los tejidos, que pierden vascularidad con cada intervención, por ello Linares se vale de una cámara hiperbárica en el postoperatorio para que los bordes tengan suficiente oxígeno y se produzca una cicatrización en los tiempos debidos para que la herida no sufra necrosis.
Señala el doctor Lino Linares que es común que las personas sientan frustración e incluso ira luego de varias intervenciones infructuosas; pero otra cosa es el trastorno dismórfico, que hace ver como monstruoso el detalle más insignificante. “Yo evito reintervenir a paciente con desorden dismorfico; no vale la pena operar porque siempre va a estar disconforme con el resultado».
Los retos
Toda intervención implica riesgos y así debe saberlo el paciente. Muchos médicos hacen énfasis en que algunos procedimientos son ambulatorios pero ello no los exime de peligro. “En la lipo hay métodos muy rápidos pero puede perderse hasta el 70% de lo colocado», apunta Linares. De allí la importancia de escoger bien al cirujano plástico que maneje métodos de mayor efectividad y menos riesgos aunque implique mayores costos.
Lino Linares recalca que el conocimiento y la experiencia son cruciales, pero también lo es la habilidad quirúrgica para realizar un procedimiento exitoso de principio a fin: desde un diagnóstico minucioso que permita anticipar posibles inconvenientes hasta la capacidad para tomar decisiones acertadas y contar con la pericia necesaria para solventarlos.
“La cirugía debe ser bien planificada pero flexible durante su ejecución, porque el tejido ha sido alterado en varias oportunidades y pueden presentar condiciones que modifican el proceso, más allá de las estipuladas”.
El compromiso del paciente para cumplir a cabalidad los protocolos dictados por su doctor antes y después de la cirugía son cruciales para un resultado satisfactorio.