El receptor venezolano Miguel Montero es fiel reflejo de lo que son los Cascabeles de Arizona en el terreno de juego
El receptor de los Diamondbacks de Arizona, Miguel Montero, alguien que defiende la causa de la entidad con sede en Phoenix, Arizona, desde la temporada 2006, estuvo en el epicentro de la gresca en que se vieran involucrados los planteles completos de los Dodgers y los dirigidos por Kirk Gibson, el martes, en Chávez Ravine.
El nativo de Caracas, Venezuela, fue uno de los cinco peloteros golpeados, durante una contienda en donde el espíritu combativo de la novena de Arizona, en el buen sentido de la palabra, y también en el malo, volvió a quedar en evidencia.
Porque el lunes, en la primera de sus tres citas en Dodger Stadium, batallaron hasta el último out, para darle la vuelta al marcador y salir victoriosos.
Mientras que el segundo duelo, que los Dodgers resolvían a su favor, quedaba marcado por una controversial secuencia de bateadores golpeados y por una batalla campal que origino cinco expulsiones.
«El secreto es este jugo verde”, dijo, en broma, Montero, de 29 años de edad, cuando espndeporteslosangeles.com lo visitó en el vestidor de los Diamondbacks, mientras tomaba un licuado, al intentar descifrar ese espíritu guerrero, indomable, que tiene al equipo en el tope de la División Oeste de la Liga Nacional.
«El equipo está inspirado, con una buena mezcla de jóvenes y veteranos bien compacto y estamos saliendo cada día a divertirnos y a dar lo mejor, a pelear cada turno, a pelear cada inning, a no rendirnos y yo creo que esa es la clave de un equipo ganador”.
Una actitud que, evidentemente, produce resultados.
«Todo nos está saliendo de la manera correcta y esperemos que el equipo siga así, a pesar de que todos sabemos que en el béisbol hay momentos buenos y momentos malos. Esperemos que en los momentos no tan buenos, el equipo se mantenga con la misma armonía, batallando”.
¿Es acaso este equipo el reflejo del espíritu indomable que, como jugador, distinguiera al mánager Kirk Gibson?
«Nuestro equipo de entrenadores, si no es el mejor de todos, es uno de los mejores en Grandes Ligas. Tenemos a coaches como Gibson, a Matt Williams, Don Baylor, Steve Sax, Charlie Nagy, la verdad, un grupo envidiable en todo el beisbol. Porque todos han sido exitosos en sus respectivas carreras de grandes ligas y eso influye mucho, ya que se trata de personas que proyectan una alta energía, que son batalladores, algo que inspira y que se transmite a los jugadores”.
Una muestra de esa actitud, la ofrecieron los Diamondbacks, el lunes, al ganar luego de venir de atrás en el marcador.
«Ese es el espíritu de este equipo, batallador, que no se vence hasta que se produzca el último out, a pesar de que en algunos juegos, debemos enfrentar a equipos que cuentan con magnífico pitcheo”.
Físicamente bien
–¿Le da a usted el físico para jugar todos los días una posición de tanta exigencia, como es la de receptor?
–Gracias a Dios, yo, físicamente me siento bien, contento de tener la oportunidad de jugar todos los días. Es algo que a mí, como pelotero, a pesar de ser catcher, me gusta estar en la alineación todos los días, no me agrada que me den un día libre.
–Pero, eso es algo que acostumbran todos los managers en el beisbol.
–Sí, te dan un día libre, porque, en verdad, uno lo necesita, a pesar de que uno no lo quiera, se necesita y es lo mejor para uno. Pero, a mí me gusta lo que hago, trabajo mucho mi cuerpo, tanto en la temporada, como fuera de ella, para mantenerme en las mejores condiciones posibles, físicamente y de esa forma, poder aguantar el trote que significa participar en 125 o 130 juegos en cada campaña.
–¿Las lesiones lo han respetado?
–Gracias a Dios que sí, y aquí toco madera [y al decirlo, golpeó con sus nudillos una de las divisiones, de madera, de su casillero], desde el inicio de la temporada del 2010, ha sido la última y la única lesión que he tenido hasta el momento, cuando se me dañaron los meniscos y tuvieron que hacerme una limpieza, en las rodillas, y me tomó ocho semanas para regresar, pero, desde ese día, todo ha estado bien y espero seguir así, con buena salud.
–¿Cómo siente que le va en cuanto a producción ofensiva, en sus 57 juegos, en que batea para .205, con 3 cuadrangulares y 19 carreras producidas?
–Obviamente, no es lo que uno quiere, porque la aspiración, siempre, es la de contar con mejores números. Lamentablemente, no he respondido de la manera que yo esperaba. Afortunadamente, en esta posición de receptor, si uno no está bateando, siempre tiene oportunidad de aportarle al equipo, de hacer algún impacto en cada juego, con acciones defensivas, ayudando al pitcheo a ganar juegos y eso es algo que me mantiene fuerte y con confianza.
–Una confianza que se sustenta en la buena temporada del equipo.
–El hecho de que nos encontramos en el primer lugar de la división, significa que vamos haciendo las cosas bien. Y, a pesar de que a la ofensiva siento que quedo a deber, a la temporada todavía le quedan tres meses y medio para mejorar, pues me he venido sintiendo más cómodo en la caja de bateo.
–Por ello, se supone, esperas un buen balance final.
–Estoy seguro que al final de la temporada, los números de Miguel Montero van a estar ahí.
Nadie se descuida
Finalmente, el receptor cerró la entrevista con una advertencia:
«Todavía hay camino por recorrer y hay que seguir peleando”.
Claro, se refería a la batalla desde lo estrictamente beisbolístico.
Por Rigo Cervantez
espndeportes.com