El que la gerencia de Globovisión haya decidido sacar de su programación los espacios Del Dicho Al Hecho y Radar de los Barrios, ha generado una impresionante catarata de mensajes de solidaridad de personas y comunidades en los barrios, en la calle y en las redes sociales, apoyo masivo que humildemente agradecemos y que nos compromete aún más
En vez de “gobierno todopoderoso” lo que hay es un proyecto político en caída libre. El gobierno “avanza”, pero como una gandola sin frenos desplazándose hacia el desastre en la bajada de Tazón
Como ya sabe todo el país, el pasado miércoles 14 de agosto fuimos informados por la gerencia de Globovision de que los programas Del Dicho Al Hecho y Radar de los Barrios saldrían de la programación de ese canal. Esta situación generó una impresionante catarata de mensajes de solidaridad de personas y comunidades en los barrios, en la calle y en las redes sociales, apoyo masivo que humildemente agradecemos y que nos compromete aún más a seguir ejerciendo nuestro compromiso con las mayorías empobrecidas del país a través de un periodismo ciudadano que apoya las propuestas y las protestas de las comunidades, sin discriminación política ni sesgo ideológico.
En este marco se produjo en la noche del viernes 17 el gesto valiente de Leopoldo Castillo, conductor del programa Aló Ciudadano, quien públicamente anunció su adiós a la pantalla del canal de La Florida. En solidaridad con “El Ciudadano”, los periodistas de Globovision se negaron esa noche a sacar al aire la edición estelar del Noticiero, generándose una tensión laboral que, aun al momento de escribir estas notas, se mantenía.
Lo real y lo aparente
Esta situación puede reforzar ideas equívocas. Aparentemente, “un gobierno todopoderoso estaría cerrando las últimas ventanas para la libre expresión del pensamiento”, cerrando así el cerco de la llamada hegemonía comunicacional, inherente al monopolio estatal de la economía y al secuestro partidista de la estructura del Estado. A primera vista, eso es lo que está ocurriendo. Pero una mirada más profunda descubre mucho más…
En efecto, en primer lugar este es lo menos parecido a un “gobierno todopoderoso”. Los pobres lo podemos decir con propiedad: ¿Qué “todopoderoso” puede ser un gobierno que no puede recoger la basura, llevar agua potable a las casas o garantizar que no haya apagones? En vez de un súperpoderoso gobierno totalitario lo que tenemos es un proyecto autoritario en caída libre: Tras haber obtenido su punto más alto de apoyo popular en el 2006, el proyecto autoritario perdió el referendo constitucional en el 2007, perdió las más importantes gobernaciones y alcaldías en las elecciones regionales del 2008, perdió en el voto popular en las elecciones legislativas del 2010 y en las elecciones presidenciales de octubre de 2012 redujo a la mitad la ventaja que tenía sobre la oposición, al pasar de la diferencia de 16 puntos que Chávez sacó sobre Rosales en 2006 a la diferencia de sólo 8 puntos que obtuvo sobre Henrique Capriles en 2012. Esa magra ventaja se redujo a prácticamente nada en las elecciones presidenciales de abril de 2013, realizadas tras el lamentable fallecimiento del Presidente Chávez.
Gorilas en la niebla
En vez de “gobierno todopoderoso” lo que hay es un proyecto político en caída libre. El gobierno “avanza”, pero como una gandola sin frenos desplazándose hacia el desastre en la bajada de Tazón. El control estatal de la economía ha terminado en un colapso tan brutal en sus efectos como inexplicable en sus orígenes, con un precio promedio del barril de petróleo por encima de los 100 dólares. Y el secuestro partidista de la estructura del Estado ha terminado inutilizándolo a todo efecto, tanto del ciudadano como del gobierno mismo.
Ese es el marco real, no aparente, en que se producen los hechos recientes. Eliminada casi por completo en la TV local y en otros medios la mirada crítica frente al accionar oficial, se reducen sensiblemente las posibilidades de que el pueblo pueda ejercer controles sociales sobre la conducta (a veces errática, a veces errónea, casi siempre arbitraria) del Poder. Volviendo al ejemplo anterior, la “gandola” del Ejecutivo no sólo viene sin frenos y a toda velocidad por la pronunciada pendiente: Además el armatoste se desplaza en medio de una espesa niebla. Esa niebla, esa opacidad que impide ver el peligro para poder resolverlo o al menos evitarlo, es el resultado de la ausencia de libertad de expresión.
De la resistencia
a la resiliencia
Un “presidente” que lo es gracias a una ventaja tan pequeña como discutida, pide a una Asamblea Nacional cuya bancada mayoritaria obtuvo menos votos populares que la bancada opositora, “amplios poderes extraordinarios para cambiarlo todo”. Tal actitud incrementa la inestabilidad política en un país que ya está en profunda crisis económica y en medio de un agudo malestar social, que se manifiesta en la alta inseguridad y en la violencia mortífera que empieza a acompañar al drama del desabastecimiento.
La crisis venezolana se acelera. Cuando lo que está en juego es la sobrevivencia “resistir” ya no es un vocablo útil ni una estrategia viable. El pueblo venezolano necesita pasar a una actitud proactiva, educándose, organizándose y movilizándose para cumplir deberes y ejercer derechos. Más que resistencia es urgente desarrollar una actitud y una conducta enmarcada en la resiliencia. “Resiliencia es la capacidad que posee un individuo frente a las adversidades, para mantenerse en pie de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones que permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas”, definieron los autores E. Chávez y E. Yturralde en un texto editado en 2006. Querer convertir adversidad en oportunidad puede ser ingenuidad o voluntarismo. Tener la actitud necesaria para lograrlo, y la conducta requerida para hacerlo, es resiliencia. De eso se trata.
El Radar de los Barrios es una asociación civil integrada por hombres y mujeres, jóvenes y adultos, que nos caracterizamos precisamente por eso: Por tener la capacidad de encontrar el bien existente en el mal aparente, de convertir dificultades en oportunidades y adversidades en triunfo. Eso es lo que hemos hecho en los últimos ocho años, en los que desde la nada nos transformamos en la red nacional que hoy somos. Eso es precisamente lo que haremos ahora: ¡Seguir trabajando por Venezuela, y triunfar! ¡Aunque no lo parezca, falta menos! ¡Mientras más poderosos dicen ser los abusadores, más débiles son! ¡Palante!
Radar de los Barrios
Jesús Chuo Torrealba
Twitter: @chuotorrealba