Yo no quiero militares y policías haciendo operativos bufos en las avenidas, que lo único que causan son gigantescas colas, mientras los malandros imponen su ley de pistola y crimen en los cerros
El Plan Patria Segura se convirtió en una nueva estafa del Gobierno “socialista” a los venezolanos. ¿Dónde están los militares patrullando .las calles? ¿Quién vio operativos de la Guardia Nacional Bolivariana en Los Cangilones de La Vega, en la zona seis de José Félix Ribas de Petare o en el sector Santa Ana de Antímano?
Yo no quiero militares y policías haciendo operativos bufos en las avenidas, que lo único que causan son gigantescas colas, mientras los malandros imponen su ley de pistola y crimen en los cerros. La cruda realidad es que la policía sólo va al barrio a recoger muertos. De resto, nadie la ve. Y eso no me lo contaron, ni es una campaña de la “canalla mediática”. No. Soy testigo de eso porque pertenezco al 70% de la población de Venezuela que hace vida en los sectores populares.
La gente no se come ese cuento del Ministerio de “Relaciones Interiores, Justicia y Paz”, que pretende crear una “sensación de seguridad” con carpas en las vías principales y funcionarios armados, quienes se la pasan mandando mensajes por teléfono.
Habla la calle
La manida consigna “Maduro no es Chávez” es cada vez más contundente cuando se analiza el panorama actual. Aquellos problemas que la población resentía de forma directa no eran achacados al presidente fallecido, lo que sí ocurre con el actual ocupante de la silla de Miraflores.
Y así lo confirma la más reciente encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) –tradicionalmente con percepciones positivas sobre el oficialismo-, que revela un aparatoso aterrizaje en la realidad para aquellos que creen que el liderazgo se hereda y que el poder es eterno: 48,3% de los consultados se manifestó “no conforme” con la elección de Nicolás Maduro, mientras que 44,6% consideró que “ha botado el legado de Hugo Chávez», durante sus cinco meses de gestión.
Esta misma encuesta sirve de referencia para las reflexiones que nos ocupan hoy: IVAD también comprobó que 80,8% de la población aseveró que la inseguridad es su principal problema. Esto, sin duda, es un indicador tangible del fracaso del ministro Miguel Rodríguez Torres en hacernos creer en sus gráficos, en los cuales muestra una presunta disminución en los índices de violencia.
Derechos para malandros
Pienso que la idea de tener militares en las calles en principio es positiva, de hecho, hay experiencias como la brasileña que representaron avances en la lucha contra la delincuencia. No obstante, analizando lo que hicieron nuestros vecinos queda demostrado que el Plan Patria Segura fue terriblemente mal implementado en Venezuela. El matiz electorero, improvisado y chambón convirtió en un estruendoso fracaso lo que pudo haber sido el segundo plan de seguridad exitoso en los últimos 14 años de Gobierno chavista.
En este punto, por cierto, recuerdo que el único dispositivo que cumplió su objetivo –de los 21 implementados desde que Chávez llegó al poder-, fue “Madrugonazos contra el hampa”, ejecutado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), que asestó duros golpes a bandas dedicadas al microtráfico de drogas en los barrios. Pero un día, los funcionarios “le pusieron los ganchos” a unos malandros vinculados con poderosos padrinos… y el Gobierno acabó con los “Madrugonazos” porque supuestamente “violaban los derechos humanos”… pero los “derechos humanos” de nosotros, no importan… a los malandros que asesinan hasta mujeres embarazados, el “humanismo socialista” sí les respeta sus “derechos”…
Retoma de valores
En este tema de la inseguridad, la responsabilidad familiar juega un papel fundamental e insustituible. También me consta de madres que alcahuetean a sus hijos malandros, que se hacen las desentendidas cuando el chamo llega al rancho con una pistola o con unos zapatos nuevos que obtuvo quién sabe cómo.
Esa mentalidad del camino fácil, sin sacrificios, para obtener una moto, la pinta y la pistola, debe combatirse con educación, con la retoma de valores familiares que décadas atrás enorgullecían a los venezolanos.
El “éxito” en la vida medido en carros, casas, cuentas en bancos y demás bienes materiales -así se sea un pobre ser humano-, dando igual que se hayan obtenido trabajando, robando o traficando drogas, es una de las perversiones urgentes que se deben combatir
Obama sí mostró su partida de nacimiento
Las denuncias hechas por el diputado a la Asamblea Nacional, Walter Márquez, sobre la presunta falsedad de la nacionalidad venezolana del presidente Nicolás Maduro, ya están consignadas en la Fiscalía General de la República.
Ante la predecible andanada de insultos y ofensas que vendrán desde algunos sectores en el poder del chavismo contra el parlamentario, es oportuno recordar que además de exembajador en la India durante el Gobierno de Hugo Chávez, a finales de la década de los ’80, Márquez fue uno de los que defendió a dos sobrevivientes de la masacre de El Amparo –en la que 14 pescadores fueron asesinados por policías y militares durante la presidencia de Jaime Lusinchi-.
El cuestionamiento de nacionalidades de mandatarios no es nuevo ni en Venezuela ni el mundo. Del fallecido Carlos Andrés Pérez –electo dos veces como presidente de la República-, se decía que también era colombiano, por lo que tuvo que mostrar su certificado para despejar dudas y enseñar que había nacido en Rubio, estado Táchira, el 27 de octubre de 1922.
Más recientemente (julio de 2011), en Estados Unidos, la Casa Blanca tuvo que dar a conocer el documento que comprueba que Barack Obama nació en Honolulu (Hawai) el 4 de agosto de 1961, ante la creciente ola de sospechas que había sembrado el multimillonario Donald Trump sobre el lugar dónde el presidente de EE. UU. había visto la luz.
El balón está del lado de Maduro. Debería mostrar su partida de nacimiento a los venezolanos que exigimos respuestas sobre esta denuncia del diputado Márquez
SIN RODEOS / Richard Sanz / Twitter: @rsanz777