Ella es “Camila” en Dulce y amargo, la producción estelar de Televen que está en sus capítulos finales
Alejandra Ambrosi llegó de México a formar parte del elenco protagónico de la telenovela realizada por Televen y Telemundo, “Dulce Amargo”, y se ha sentido como pez en el agua con el ritmo de las grabaciones en Venezuela.
Su preparación para darle vida a la alcohólica “Camila” fue fuerte, ya que tuvo que reunirse con Alcohólicos Anónimos, ver casos de personas con esa enfermedad, y meterse en su personaje, que toca fondo al ver a su hija de 5 años tomando licor.
– ¿Cómo ha sido tu experiencia de trabajar en Venezuela?
-Ha sido una experiencia muy colorida, llena de aprendizajes, de buenas amistades y de momentos inolvidables. Definitivamente me enamoré de Venezuela, de su gente, de sus paisajes, del Ávila, de su clima, de su comida, de su manera de hablar y la lista continua. Como actriz me nutro de cualquier experiencia que me toque vivir porque sé que todo me sirve para entender mas al mundo y a la condición humana, para así interpretar mis personajes con la mayor verdad posible. Al principio fue un poco difícil adaptarme a las distintas maneras de trabajar, pero una vez que arrancaron los motores, me subí al barco completamente, me adapté y aprendí de las diferencias.
-¿Cómo fue tu preparación para armar al personaje de Camila?
-Para empezar estuve yendo con un grupo de Alcohólicos Anónimos aquí en Caracas, al cual agradezco profundamente por haberme recibido con los brazos abiertos. Me interesaba mucho escuchar sus historias, sus razones, sus miedos, sus vacíos, sus extremos, cuando tocaron fondo y por qué. Me interesaba particularmente el punto de vista femenino. La mujer cae en las redes del alcohol por distintas razones que el hombre y lo vive de diferente manera. La mujer toma mucho porque se siente sola, por miedo al abandono, porque no se siente amada, por frustraciones y decepciones muy profundas. Un hombre que toma es socialmente más aceptado, en cambio una mujer que bebe mucho no solo es mal visto, es reprobado. Por esto, la mujer alcohólica toma a escondidas, tiene que llenar sus vacíos en soledad y hacerlo rápido y calculadoramente para que los demás no se den cuenta. Para prepararme también leí varios libros sobre alcoholismo, y sobre la codependencia. Porque el otro gran tema de mi personaje y de la adicción en general, es que casi siempre el adicto se ve envuelto en relaciones codependientes. “Camila” depende de “Héctor” (Carlos Guillermo Haydón), sus emociones están sujetas a lo que él haga o deje de hacer, se deposita en el otro, y se olvida de sí misma. En la codependencia la frase más típica es: «no puedo vivir sin ti» o «sin ti no soy nada». Y aunque puede sonar romántico, en el fondo tiene una base enferma porque lo que en realidad se está diciendo es que tu felicidad depende de alguien más. Para mi preparación también vi muchas películas sobre vidas de alcohólicos, “Living las Vegas”, “Frances”, “Bird”, “28 días”, “Quién le teme a Virginia Wolf”, entre muchas otras. Y por último diría que he tenido amigos con ese problema, así que entenderlos a ellos me acercó también a entender a “Camila”.
-¿Que lección le dejas al público con tu personaje que sufre de alcoholismo y otros defectos?
-Lo primero y lo más importante es que si identificas que tienes un problema con el alcohol o con alguna droga, el paso número uno es ACEPTARLO. En el grupo de AA al que fui, aprendí que una constante es que el alcohólico puede vivir mucho tiempo en negación de su problema, se les puede ir la vida y pueden afectar a mucha gente en el camino. Así que sí sientes que te estás refugiando en el alcohol para superar o enfrentar tus problemas y lo haces con frecuencia, hasta perder la consciencia y le haces daño a tus seres más queridos, necesitas ayuda. La segunda cosa es buscar AYUDA. El alcohólico cree que puede dejar de tomar solo. Pero eso es prácticamente imposible. El alcohólico necesita un grupo, una terapia, una ayuda externa que lo guíe en el proceso de recuperación. También hay que comprender que el alcoholismo es una enfermedad que afecta, no sólo al adicto, sino a la gente que lo rodea, y por tanto la pareja, la familia, necesita buscar ayuda para superar lo vivido y apoyar al adicto.
-¿Qué conoces de Venezuela y qué te ha parecido?
Me enamore de Los Roques, yo digo que el paraíso existe y se llama Los Roques. Tuve la oportunidad de ir en un par de ocasiones, incluso llevé a mi familia ahora para las vacaciones de navidad y les encantó. También fuimos a Canaima, y conocimos el Salto Ángel que es uno de los paisajes que más me ha impresionado en la vida. Pude conocer también Margarita, me encantó su gente, su comida y sus playas. Conocí la isla de Coche que también es una belleza. Y bueno me va a faltar conocer otras partes de Venezuela, pero espero regresar para conocer lo que me falta, Maracaibo, Mérida, el Pauji, y la Gran Sabana.
El Universo del Espectáculo
Alberto Cimino