El beisbol de las grandes ligas recuerda el legado dejado por el primer negro en jugar a este nivel: Jackie Robinson
La historia de Jackie Robinson es de otro lugar y otros tiempos en otro Estados Unidos. Si eres de cierta edad, no es fácil comprender que todo eso realmente existió. Para muchos, son sólo imágenes en blanco y negro de otro país que una vez estuvo casi completamente separado por cuestión de raza.
Ahora esos tiempos y ese lugar, con toda su maldad y todas sus injusticias, han saltado a la pantalla grande con la película «42» que nos obliga una vez más a confrontar el incómodo pasado del país.
En este Día de Jackie Robinson en el beisbol de Grandes Ligas, el festejado podría convertirse en nuestro atleta más famoso, algo que nunca fue durante sus 10 temporadas con los Dodgers de Brooklyn. Su vida será analizada y debatida como nunca antes; eso es importante porque su impacto fue tan profundo.
En 1997, bajo la dirección del Comisionado Bud Selig, el número 42 de Robinson fue retirado en cada uno de los 28 equipos de Grandes Ligas (ahora son 30), un tributo sin precedente.
Todos los libros, documentales y ceremonias que han tratado el legado de Robinson no han traído ni la décima parte de la atención que ha generado «42». Basándose en la primera ola de críticas, la película tiene posibilidades de hacer eso mismo.
Algunos momentos de «42» no son fáciles de ver. Pero no hay forma de contar la historia de Jackie Robinson de manera honesta sin enfocarse en algo de la brutalidad y la crueldad. Exponer todas las indignidades-los insultos y las burlas, los hoteles sucios y las amenazas de muerte-hubiera sido demasiado para una sola película.
Pero hay suficiente en «42». El actor Harrison Ford quiso mucho hacer el rol de Branch Rickey, el gerente general de los Dodgers que rompió la barrera de raza en Grandes Ligas al contratar a Robinson, el primer afro-americano en el moderno béisbol de lujo en 1947.
A los 66 años de ese momento tan importante del 15 de abril de 1947, Robinson representa la justicia, la igualdad y la decencia básica del ser humano. Ayudó a cambiar el mundo y, de paso, cambió el corazón de mucha. Robinson no cambió a todo el mundo y aún hay trabajo por hacerse. Aun mientras celebramos su vida, él hubiera querido que estuviéramos conscientes de que todavía hay muchas cosas por superarse.
Hay que sabe lo siguiente: Estamos mejor como país debido a él. Como lo dijo el activista Martin Luther King Jr., Robinson obligó a la gente a ver el mundo de una manera que jamás se había hecho. Una vez cambió el béisbol, se convirtió en algo un poco más fácil cambiar las escuelas, los restaurantes, los lugares de trabajo y los centros de votación.
Si Rickey no hubiera firmado a Robinson, ¿quién sabe cuándo el primer afro-americano hubiese jugado en Grandes Ligas o cuándo hubiese llegado la segunda ola de grandes jugadores de color? ¿Hubiera existido otro pelotero dispuesto a soportar todos los abusos sin responder?
Si Jackie Robinson no se hubiera puesto el uniforme de los Dodgers de Brooklyn en 1947, ¿hubiésemos visto a Frank Robinson y Willie Mays? ¿Y qué tal Roberto Clemente? Robinson también le abrió la puerta a la leyenda puertorriqueña.
Sin Robinson, ¿qué tan difícil hubiese sido para el Presidente Lyndon Johnson convencer al Congreso a hacer ilegal la separación racial? ¿Hubiéramos elegido a un hombre negro como Presidente en el 2008?
Sí, el pueblo estadounidense ha hecho lo correcto en algunos momentos, pero si Jackie no hubiera llegado en 1947 como un hombre tan grande fuera del terreno como dentro de ello, ¿cómo sería nuestro país hoy en día?
Major League Baseball se ha asegurado de que Robinson tenga su lugar en la historia, no sólo al retirar el número 42, sino también con educar a los jugadores jóvenes sobre el legado de Jackie y lo que representó.
Hoy cada equipo le rinde homenaje a Robinson al usar su número 42. El mensaje de MLB es que hay que mantener vivo su legado y que jamás se debe olvidar su aporte al juego y a este país.
Robinson pagó un precio incomprensible en el sentido del dolor que tuvo que soportar y la responsabilidad con la que cargó. Trata de imaginar llegar al trabajo todos los días sin saber si algún loco decidiría matarte. Trata de imaginar ser recordado a cada rato que eres ciudadano de segunda clase, ser burlado o que se te escupiera. Oh, también con la obligación de nunca responder a nada.
Cuando aceptó la invitación de Rickey de romper la barrera racial en 1947, Robinson entendía que habría riesgos. También comprendía lo mucho que un solo hombre podía influir al resto del mundo.
Al final Robinson se ganaría la confianza de la mayoría de sus compañeros con su extraordinario talento y su juego agresivo. De hecho, probablemente haya sido aceptado como pelotero antes de que lo fuera como hombre.
Una vez los Dodgers vieron que Robinson los podía ayudar a ganar, lo vieron de una manera diferente. Una vez lo conocieron, vieron que básicamente era como ellos. Nadie llegará a entender todo lo que pasó. Ciertamente, «42» capta algo de eso. Sus compañeros vieron una parte. Pero mayormente el peso fue para él solo.
Robinson impactó al mundo de una manera que aún tratamos de comprender. Debido a él, todos estamos mejores. Por eso Major League Baseball designa este día para celebrar la vida de Robinson y la diferencia que marcó. Gracias, Jackie.
Richard Justice
mlb.com