****Tomás Lander, la primera pluma del liberalismo venezolano, confió en el poder de la imprenta como instrumento de debate público, hizo de la prensa su aliado para la denuncia de la administración parcializada de justicia, el manejo inescrupuloso del poder y el vicio de las camarillas
Los ataques repudiables acontecidos en Los Teques, capital del estado Miranda, en perjuicio de los periodistas y demás personal de los diarios LA REGIÓN y AVANCE, y contra sus instalaciones, deben ser considerados dentro de la pretensión obscurantista de condenar al silencio, bajo la amenaza de perder la vida y el terror de ver destruida la propiedad, la opinión pública, la verdad verdadera, la información oportuna y veraz en Venezuela.
Los diferentes medios de comunicación, nacionales e internacionales, titularon “Destrozada La Región”. El diario La Voz registra la noticia denunciando: “Una arremetida a tiros, piedras, bombas molotov y botellas protagonizaron la tarde de este martes (16-05-2013) durante quince minutos oficialistas contra diario La Región…”. Noticias 24 señala “…amedrentados por un grupo de al menos 200 motorizados”. En el diario El Nacional, Emilio Materán, director de La Región, denunció que los agresores no eran sólo “franelas rojas”, sino dirigentes políticos, empleados públicos de la Alcaldía de Los Teques y del consejo legislativo de la entidad, que fueron identificados por los periodistas.
Derechos humanos violados
En el artículo 19º de la Declaración Universal de Derechos Humanos se lee “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión”. Amnistía Internacional alerta casi a diario: sin libertad de expresión, sin la capacidad para hacerse oír, es muy difícil defender los demás derechos humanos.
La libertad de expresión es un derecho fundamental de todos los ciudadanos y un pilar de las sociedades democráticas. Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de ninguna naturaleza, por cualquier medio de expresión.
Acoso inaceptable
Es muy cierto que una inmensa cantidad de venezolanos reivindican el derecho a ver verificados los votos emitidos en las elecciones presidenciales del 14 de abril 2013, bien a favor de Henrique Capriles Radonski, bien en apoyo a Nicolás Maduro Moros. Nadie en su sano juicio puede justificar negarse a ese derecho. Ello en el supuesto de que no se pretende desde el gobierno y el Estado ocultar hecho fraudulento alguno. También en el entendido de que por la parte reprimida, por caso la alternativa opositora, no se aspira a crear artificialmente una situación de convulsión política.
Acosar a los comunicadores y a las organizaciones periodísticas por querer cumplir su deber de registrar la noticia de la confrontación entre partes interesadas, resulta inaceptable desde todo punto de vista. Y más repudiable aún es pretender hostilizar mediante amenazas de muerte a quienes comunican el mensaje, para lo que están amparados en la Ley y la Constitución de la República.
Amenaza fascista
Los diarios La Región y Avance, con asiento en la capital del estado Miranda, en medio de la inseguridad ciudadana y la violencia social imperante hoy en Venezuela, han devenidos en víctimas de la ¿nueva Inquisición? Estamos llamados a levantar la voz popular y clamar ¡Alto a las agresiones fascistas contra periodistas y medios de comunicación! La tentación fascista, la amenaza de la tiranía y el riesgo de despotismo hacen su reaparición en el presente de Venezuela ¿Alguien se atreve a dudar que vivimos la amenaza fascista?
La práctica fascista es aquella propia de un sistema ideológico y político cuya creación es atribuida a Benito Mussolini, en la Italia de los años 1922-1925. De naturaleza antidemocrática, de corte militarista y policialista, invocador de un nacionalismo extremista, con un modelo de extrema derecha, jerárquico y autoritario, negador a ultranza de la democracia. Su gran pretensión es la total subordinación al servicio del Estado y una lealtad incondicional a su líder circunstancial. Pocos se declararán fascistas; pero muchos aspiran a emularlo.
Mussolini pretendió, y lo hizo, controlar el poder, colocó todos los poderes públicos bajo su conducción férrea. Destruyó las instituciones democráticas. Estableció un régimen autoritario. Los partidos adversos fueron ilegalizados. Impuso la censura a los medios de comunicación y los hizo suyos. Aplicó la pena de muerte en nombre de la seguridad de estado y la soberanía. Persiguió a todos cuantos consideró de oposición, propiciando el uso de la violencia criminal.
El fascismo, con el cognomento de nazismo, nacionalsocialismo, estalinismo, leninismo, castrismo, o neochavismo, se basa en un Estado todopoderoso que dice encarnar el espíritu del pueblo. La población no debe procurarse nada fuera del Estado y del gobierno, que está en manos de un partido único o unitarista. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la represión y la propaganda. La estirpe del Gran Inquisidor ha sobrevivido al personaje de Tomás de Torquemada. Antes, en Italia, Mussolini. Ahora, en Venezuela ¿Nicolás Maduro?
Algo de historia
Tomás Lander, mirandino, periodista y político venezolano, 1792-1845, epónimo de Ocumare del Tuy, es citado por la historiadora Migdalia Lezama, autora de la biografía de Lander en la colección de El Nacional: Biblioteca Biográfica Venezolana, afirmó que “La libertad civil no la dan las victorias militares, ni estriba en las constituciones ni reglamentos, sino en el carácter de los hombres, en sus virtudes, en sus costumbres, en su ilustración”. Y entre estas costumbres las fundamentales son las él ejercerá: el trabajo productivo, la constante crítica a los abusos del poder, la formación en virtudes cívicas por medio de la prensa, y la discusión de los problemas políticos.
La libertad en Cecilio Acosta, “mirandino de nacimiento, de corazón venezolano”, epónimo de San Diego y San José de los Altos, citado por Nayllivis Naim (1982), es expresada de modo explícito: “Queremos estados, no soberanos, que es un absurdo, sino independientes, que es la doctrina. En ellos gobiernos propios, responsabilidad interna y efectiva en todos los tiempos por la violación de las garantías, voto popular, directo, justicia sin salir de las fronteras… derecho de asociación, libertad ilimitada de prensa, libertad de la palabra, libre tránsito, inviolabilidad de la vida… correspondencia sagrada, instrucción ilimitada, propiedad sagrada, trabajo libre, impuesto legal, libertad de industria”
Hernán Papaterra e-mail: hpapaterra@yahoo.com