Las personas con discapacidades refieren que al moverse por Caracas u otra ciudad de nuestro país, encuentran barreras arquitectónicas, es decir, las infraestructuras que en lugar de facilitarles el acceso, se vuelven un obstáculo más para su integración a la sociedad
“Pienso que es mucho más importante para una sociedad resaltar la capacidad de una persona que resaltar la discapacidad que puede tener cualquier ser humano”.
Daniela Berlet
“La violencia y la misma inseguridad contribuyen a que cada día tenemos más personas con discapacidad”.
Erika Inciarte
Liliana Cadena
¿Qué pasaría si usted perdiera su vista, dejara de escuchar o sufriera un accidente que le lesionara su médula espinal y tuviera que usar una silla de ruedas? ¿Cómo se sentiría? ¿Sus derechos estarían garantizados en la ley? ¿Le sería fácil moverse libremente por las principales ciudades de nuestro país haciendo uso del transporte público y transitando por las calles?
Para tratar estos temas, entrevistamos a Juan Laya, Presidente de la Asociación Nacional de Ciegos de Venezuela, quien tiene discapacidad visual; a Érika Inciarte, mujer luchadora y a Daniela Berlet, joven Técnico Superior Universitario en Administración y locutora profesional; ambas con discapacidad motora.
¿Qué significa para una
persona con discapacidad
vivir en Caracas?
Las personas con discapacidades refieren que al moverse por Caracas, u otra ciudad de nuestro país, encuentran las barreras arquitectónicas, es decir, las infraestructuras que en lugar de facilitar el acceso de personas con discapacidad, se vuelven otro obstáculo más para su integración a la sociedad. Citamos como ejemplo edificios sin rampas, escaleras sin pasamanos, ascensores sin alfabeto braille, baños de puertas estrechas que no permiten el acceso a personas con sillas de ruedas, transportes públicos a los que se les colocan escalones muy altos que impiden, además, el acceso a personas de la tercera edad, o aquellos que tienen torniquetes dentro que imposibilitan que entren quienes se desplazan en sillas de ruedas.
Para Érika Inciarte, estas barreras se dan porque los planificadores de la ciudad no pensaron en que hay personas que se desplazan de manera diferente y agrega que la mayoría de las ingenierías municipales, que es donde se dan los permisos para construcción, tienen su parte de culpa pues no hacen cumplir las leyes, ni las ordenanzas para garantizar el acceso de las personas con discapacidad.
¿Cómo es el trato
hacia las personas
con discapacidad?
“Depende mucho de las personas con las que uno esté tratando, pero en sí la sociedad es muy dura, la sociedad está en pañales, no sabe cómo tratar a una persona con discapacidad sin ofender, sin hacernos sentir menos…”, señala Daniela Berlet.
Papel fundamental juega la familia en el modelaje de las actitudes hacia los discapacitados y las discapacitadas. Al respecto cuenta Inciarte: “Me encontré con la discapacidad cuando estando muy niña, mi padre dijo: -Vamos a visitar a un amigo que tiene 4 hijos ciegos, para que jueguen con ellos-. Nosotros nos asombramos y le preguntamos a mi papá: -¿Cómo vamos a jugar con ellos, si son ciegos?- Mi padre respondió: -Como se juega con cualquier otro niño-. Y de hecho, fuimos amigos para siempre, ni mi hermano ni yo teníamos discapacidad, pero disfrutábamos juntos.
Discapacidad y legislación
La Ley para Personas con Discapacidad (LPCD) fue publicada en Gaceta Oficial 38.598 el 5 de Enero de 2007. Comenta Juan Laya que “esta Ley debe su origen a las luchas dadas por las mismas personas con discapacidad. Antes de la ley existían ordenanzas municipales, leyes regionales y la Ley para Personas Incapacitadas (LPI), que fue sancionada por el presidente Rafael Caldera”.
Señala Erika Inciarte: “Algo que está en la ley del 2007, y que fue producto de mucha lucha, fue conseguir el perro de asistencia para personas con discapacidad, bien sea que lo traigan al país o lo prepararen aquí. Lamentablemente no son suficientes los que hay y muchas personas no saben que eso es su derecho y que se tiene que permitir”.
Para Inciarte, con esta ley se ha logrado, además, acercar la rehabilitación a las personas con discapacidad; sin embargo, añade que se necesitan más escuelas para niños y niñas con discapacidad intelectual.
Por su parte, Laya considera que es fundamental que se apruebe un reglamento a La Ley para Personas con Discapacidad, de tal manera que las personas con discapacidad puedan disfrutar plenamente de los derechos establecidos en dicha ley.
Trabajo y discapacidad
A las personas con discapacidad se les hace más difícil lograr un empleo, incluso con el apoyo que representa el Artículo 28 de La Ley para Personas con Discapacidad cuando señala que “Los órganos y entes de la Administración Pública y privada, así como las empresas públicas privadas o mixtas, deberán incorporar a sus planteles de trabajo no menos de un cinco por ciento (5%) de personas con discapacidad permanente, de su nómina total… No podrá oponerse argumentación alguna que discrimine, condicione o pretenda impedir el empleo de personas con discapacidad”. Al respecto, Laya afirma que si bien algunas empresas, sobre todo privadas, han empleado a personas con discapacidad, todavía hay una mora en ese tema.
Por su parte, Berlet señala que hay empresas que optan por pagar la multa por no tener en nómina personal con discapacidad y también están aquellas que tienen al personal contratado en nómina y les pagan, pero les dicen que se queden en casa. “Considero que si bien una ayuda se agradece, si la persona tiene capacidad para trabajar, para producir algo, para ser útil, me parece que se le están violando sus derechos, porque tenemos derecho a trabajar, a servir y a ser útil”. En su caso particular, Berlet nos comenta que a pesar de estar preparada académicamente estuvo buscando trabajo sin conseguirlo debido a que los empleos que las empresas destinan para las personas con discapacidad son trabajos muy sencillos y los que sí se correspondían con su nivel académico los empleadores argumentaban que no tenían la infraestructura física para recibirla.
Logros y retos
Señala Érika Inciarte que la construcción de algunas rampas en la ciudad, el que se establezcan puestos especiales para conductores minusválidos o la taquilla de atención especial o números preferenciales en algunas instituciones han sido conquistas que han obtenido tras largas luchas. Ahora, considera Inciarte que la lucha debe estar orientada a lograr que las personas con discapacidad sean quienes dirijan las instituciones o planifiquen las políticas que tengan que ver con las personas con discapacidad. Esta apreciación de alguna manera la comparte Laya cuando afirma que siguen luchando para que se les oiga y se les consulte antes de poner en práctica políticas de Estado dirigidas a ayudar a las personas con discapacidad.
Nosotros y nosotras como sociedad también tenemos el reto de fomentar actitudes positivas y solidarias hacia las personas con discapacidad, reconociendo su valor y sus capacidades dentro de la diversidad humana
La Voz de los Derechos Humanos
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz
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