El ideal social ha sido desde que el mundo es mundo el supremo anhelo para la convivencia en una sociedad justa y de paz. 500 años a.C, Pericles comprometía su gobierno en el poder del pueblo, en democracia y el innato derecho de toda persona para acceder a los más altos cargos públicos por sus méritos, sin importar la cuna donde había nacido. Se reflejaba la igualdad social. Pericles se cuidó de no cometer actos contrarios a la justicia y de no ser acusado de corrupciones. Su legado moribundo, es su celebre frase “Muero feliz porque nadie ha llevado luto por mi culpa”. Platón, 400 a.C, en su obra “La República”, palpando principios del comunismo propuso la eliminación de la propiedad privada para gobernantes y guerreros únicamente porque así preservaba un buen gobierno y la probidad contra el abuso y la corrupción.
Democracia proviene de demos que significa pueblo y cracia, poder; y el socialismo o socialcracia, viene de lo social, gente o pueblo y cracia, poder, por lo que convergen en sus fines con el mismo ideal, el poder del pueblo contra la autocracia, pero distanciados por los medios que aplica el socialismo-marxista.
Robert Owen acabando con la explotación laboral, reduciendo las horas de trabajo, estableciendo el descanso diario y vacaciones, eliminando el trabajo de menores y en fin humanizando la factoría que gerenciala, fue en plena revolución industrial el precursor del socialismo justo, ético y humanista. Creador de las Cooperativas y de la ciudad ideal y propugnaba la convicción moral para la evolución sin violencia de capital y trabajo. Los medios del socialismo marxista han sido la revolución permanente y la eliminación absoluta de la propiedad privada y de los medios de producción de bienes y servicios para absorberlos el Estado-Gobierno, creando el Estado-Capitalista en manos de la clase burguesa del socialismo marxista que detentan el poder político e imponiendo el injusto control tiránico de libertad.
El socialismo marxista obnubilado en una fantasía hipnótica ha secuestrado a la democracia y al socialismo justo, ético y humanista invocando ser la verdadera democracia y el socialismo cristiano cobijándose en patrioterismo y nacionalismo a ultranza arengando revolución permanente, pero cayendo en manos de varios imperios y además, convirtiéndose en imperio socialista-marxista subyugando como en la Rusia de Stalin a países del entorno en fraternidad política para implantar el proceso de la llamada revolución bolivariana.
La democracia en sus justos valores, con fundada ética y convivencia humanista e igualmente, el socialismo justo, ético y humanista, pueden coexistir en paz respetándose por caminos paralelos hacia el ideal social.
El ser humano aspira vivir en una sociedad justa en conciliación de paz con el libre desenvolvimiento de la personalidad y nunca aceptará al socialismo comunista, estatista y tiránico ni a la democracia capitalita, neoliberal y salvaje, cuyos extremos se unen en una simbiosis de socialismo marxista y socialismo fascista.
Cesáreo José Espinal Vásquez
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