Así reza la pancarta escrita en varios idiomas colgada sobre la maltratada obra de Zapata, en la Autopista Francisco Fajardo a la altura de la UCV en la ciudad de Caracas. Y es que la Universidad venezolana siempre ha sido contestataria frente a todo gobierno militar o civil en todas las épocas.
En defensa de su autonomía y de preservación de la pluralidad de pensamiento le determinó cierres a LUZ, UCV, ULA frente a los gobiernos de Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez de corte autoritario, y en el caso específico de la UCV bajo un gobierno civil el de Rafael Caldera (1969 – 1974) sufrió dos intervenciones militares y una Reforma de la Ley de Universidades con el apoyo de AD y COPEI orientadas a disminuir la autonomía universitaria.
La renovación académica de 1969 se dio en un contexto mundial iniciado por el mayo francés de 1968 que sacudió a las universidades del mundo entero, reafirmando el movimiento y principios de Córdoba (1918), entre ellos la autonomía y la pluralidad de ideas, proponiendo la participación democrática estudiantil en la gestión en las universidades junto a los profesores.
Posteriormente en los sucesivos gobiernos hasta 1998 los movimientos estudiantiles, de obreros y empleados, de profesores debieron librar duras movilizaciones en defensa de un presupuesto justo y decente para nuestras casas de estudio, quienes debieron soportar en las diferentes gestiones la asignación racionalizada de recursos a discreción del mandatario de turno.
Las ironías de la vida en el caso venezolano resaltan a quienes hoy gobiernan y otrora fueran furibundos con capucha y birrete, defensores de la autonomía en las décadas de los 60, 70 y 80, hoy pretenden ser sus sepultureros, con la pretensión de aplastar e imponer universidades castradas y de pensamiento único.
El valiente conflicto que desarrollan en la actualidad los universitarios venezolanos, determina entender que la reconquista de la democracia pasa por tener también una universidad libre y autónoma. Si el gobierno derrota el conflicto universitario nos afectará a todos e incluso marcará el curso político de los próximos días, en el caso de las elecciones municipales de diciembre.
Por tanto es un deber de todos sumarse al plan de movilizaciones en defensa de las universidades venezolanas, enfrentando al gobierno nacional y todo su aparataje propagandístico de distorsión del conflicto, y a quienes dentro de las universidades han servido de esquiroles, en el caso de sindicatos de empleados y obreros y ex autoridades asumiendo la política del gobierno nacional de arrinconar a las casas de estudio, a cambio de salarios distorsionados y a una universidad postrada al proyecto autoritario del socialismo del siglo XXI.
Las peticiones de la FAPUV y de las Federaciones de Centro estudiantiles son justas, en el caso de las Universidades hay una tarea histórica, y lo es recuperarlas para la reconstrucción nacional y para el reestablecimiento de la academia como futuro de nuestra juventud y la democracia.
Movimiento Laborista
Froilán Barrios Nieves