El 40% de las luces en las calles no funciona, sólo un tercio de las ambulancias municipales está en servicio y más de 70.000 casas están abandonadas, entre otros signos de declive
WASHINGTON. Un juez federal fijó ayer la primera audiencia en el caso de la quiebra de Detroit (EE. UU.) para el próximo miércoles, y en ella se examinará la apelación de la ciudad contra la anulación de la declaración de bancarrota decretada por una jueza del estado de Michigan. El juez Steven Rhodes aceptó la audiencia urgente solicitada el pasado viernes por el director de emergencia de Detroit, Kevyn Orr, después de que la jueza ordenara el retiro de la solicitud de bancarrota al considerar que la medida reduciría pensiones que están protegidas por ley y violaría la constitución del estado. Tras la decisión de la jueza Rosemarie Aquilina, el fiscal general de Michigan, Bill Schuette, presentó una apelación y solicitó que el proceso se acelere para conseguir, lo antes posible, la autorización de la declaración de bancarrota. Detroit, la cuna de la industria automotriz de EE. UU., que llegó a tener una población de más de 1,8 millones de habitantes, tiene ahora poco más de 700.000 y una tasa de desempleo del 16%, 8,4 puntos más que la nacional (7,6%). Su deuda supera los 15.000 millones de dólares.
Declive
El 40% de las luces en las calles no funciona, sólo un tercio de las ambulancias municipales está en servicio y más de 70.000 casas están abandonadas, entre otros signos de declive. Barrios enteros están desiertos y en otros los habitantes viven en la inseguridad, dado que la policía no está en condiciones de responder de manera adecuada a los llamados por ayuda o protección.
Agencias