[dropcap]P[/dropcap]ara todos los que me conocen, me gradué como Comunicador Social, con mención en Comunicaciones Publicitarias, el 20 de Noviembre de 2014, en la mejor casa de estudios – mi casa – la UCAB. Podría decirles que desde ese día se abrió un nuevo camino para mí, descubrí unos ideales que nunca había pensado tener. Lo que leerán podría dividir mi persona en dos mitades: el Juan que quería dar todo por irse y el Juan que comenzó a tomar sacrificios para luchar por su país.
Sí, así es, años antes de ese 20 de Noviembre del 2014 quería poder tener mi título en la mano, decirles chao a mis amigos y familiares y echarle pichón a mi vida en otro país, con gente desconocida, con cultura desconocida. Fue entonces, cuando en el mes de Septiembre del año pasado mi vida personal y profesional cambió un tanto.
Reto Mantra. Esas dos palabras definen el origen de mi cambio. En ese mes de Septiembre había iniciado un curso de emprendimiento, el cual me llevó a conocer a muchos venezolanos que querían luchar por su país costara lo que costara. Pensé, están locos. Pero poco a poco me comencé a preguntar, ¿si ellos pueden sacrificar y luchar, por qué yo no? Ese puede ser el momento en el que se quebró esa idea alocada de irme “porque sí” y comenzar a sentar las bases de mi decisión más difícil hasta la fecha.
Llegó el 2015. Llegó ese año tan difícil para todos los venezolanos y ahí estaba yo, imprimiéndole espíritu y coraje a mi agencia de publicidad, la cual – hasta ahora – ha dado muchos pasos positivos. Lo cierto es, que mientras el país se caía a pedazos también tuve que lidiar con el cáncer de mi papá, pero dicen por ahí que con optimismo y perseverancia todo cambio es posible. El cáncer fue derrotado.
Comencé a tomar una decisión final. Recuerdo que por el mes de Junio le comenté a todos mis allegados – a través de un artículo – que no quería cruzar las puertas de Maiquetía para siempre, que no me quería ir demasiado de mi país y que había decidido quedarme y luchar. Esta decisión comprometía una palabra: sacrificio. Escuché muchas opiniones de personas llamándome loco, recuerdo frases como “aquí no te puedes comprar apartamento, carro, ni siquiera puedes salir porque te matan”. Y todo eso es cierto, pero yo decidí darle un largo plazo a eso, para luchar y sacrificar el hoy en mi país.
Finalmente, al día de hoy – 7 de Diciembre de 2015 – veo unas navidades llenas de mucha felicidad, veo nubes en el cielo que me indican que vienen cambios mejores y, no solo eso, sino que los mismos ya están cayendo del cielo, justo en nuestros pies; es cuestión de nosotros de agacharnos y tomar esta oportunidad para generar los cambios que vienen en cola.
Con esto no les quiero decir a mis amigos y familiares fuera del país, que se vengan porque todo está fino aquí. Todo lo contario, a 24 horas de haber ejercido mi derecho al voto, todo sigue igual, pero con proyectos e ideas diferentes, capaces de ir modificando los problemas poco a poco.
Definitivamente, hoy me siento más motivado que nunca, hoy me siento con ganas de darles la mano a mis hermanos venezolanos y unirnos para impulsar este país a un mejor mañana. A las personas que están fuera del país – por el motivo que sea – quiero dejarles que no son ajenos a todo esto, estoy seguro que en un futuro todos volveremos a encontrarnos nuevamente, y no en España, EEUU o Irlanda, sino aquí en nuestra tierra llamada Venezuela. A mis contactos en Venezuela, piensen dos veces antes de irse, tenemos un país que ayer gritó cambio y ese cambio – de panita – es indetenible. Por último, vienen días difíciles, como esas tormentas pasajeras antes que salga el sol.
Seguiré sacrificando, seguiré luchando.
Juan Andrés Medina Landa
Twitter: @juancho_medina_
*Artículo publicado en La recompensa de un sacrificio