¿Quiénes somos nosotros para juzgar o condenar?, ¿acaso algunas personas por ser de una religión o doctrina diferente a la nuestra están más cerca de Dios?, ¿son o se sienten “enviados”, o con licencia para ello? Estas interrogantes las saco a colación debido al comunicado que tuvo que enviar la producción de la cinta venezolana “Tamara” a los medios de comunicación, ante la ola de ofensas y juicios de valor que han recibido por parte de grupos religiosos, que critican la temática de esta película sin saber que esta toca una realidad que hay en Venezuela y el mundo entero. Existen personas que nacen en el cuerpo equivocado y al reasignarse en cómo se sienten, son llamadas transgéneros, mientras otras tantas se transvisten, manteniendo su sexo de nacimiento y son denominados travestis, pero no por eso dejan de ser personas, seres humanos que como usted, o como yo, tienen el mismo derecho de ser felices, de vivir plenamente su vida, desarrollarse y aportar a la sociedad y al mundo, desde sus potencialidades. Antes de juzgar y convertirnos en “jueces inquisidores”, debemos colocarnos en los zapatos del otro. Nadie elige la condición en la que nace, pero sí escoge la condición de sus pensamientos, ideales y creencias, y cada uno de nosotros debe respetar ambas cosas. Yo puedo ver a Dios de forma distinta, pero debo respetar el hecho de cómo lo vean los demás, así no lo comparta. La tolerancia, el respeto debe prevalecer en nuestras vidas. El no sentirnos identificados con una condición sexual, política o religiosa, no nos da pie para ofendernos, ni mucho menos juzgarnos. Debemos juzgar son nuestras acciones, no nuestras condiciones y aquí en Venezuela existe una doble moral que no nos hace ver más allá de nuestros intereses y creencias. Yo no conozco a Tamara Adrián en persona, pero sí conozco su lucha por la defensa de sus derechos y de los derechos de la comunidad gay. Yo no soy amigo de Luis Fernández, pero admiro su calidad histriónica y lo que él realizó en esta cinta fue una actuación. Aún no he visto la película, pero aplaudo el cine venezolano, porque es fuente de trabajo para muchas personas. Debemos apostar a lo nuestro y no juzgar sin conocer los trasfondos de las cosas. Muy pocos saben lo que sufren y padecen los demás, nos preocupamos más por nuestros sufrimientos y somos a veces tan egoístas e inhumanos, que no vemos nuestros pecados, pero sí juzgamos los de los demás. ¿Quién es más pecador? Aquí transcribo el comunicado emanado por la producción de la película y desde aquí también invito a todos a que seamos más humanos y misericordiosos, porque el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra. Ojala fuésemos así de apasionados y defensores de la libertad de expresión, de la defensa y apoyo a los niños de la calle, de los abusos de poder que existen actualmente, de la miseria en que estamos sumidos, en preocuparnos por el prójimo que no tiene comida, ni medicamentos. Dios existe y está en cada uno de nosotros, pero no está en este tipo de acciones, porque si fuese pecado ser gay, más pecaminoso son entonces la pobreza, la corrupción, el hambre, la miseria humana, los abusos y las diferencias que existen y que son nuestra responsabilidad ¿Qué estamos haciendo por eso?
No le achaquemos nuestros pensamientos a Dios. Dios defendió a una prostituta y Dios nos ama a todos. La moral y lo amoral determinan nuestros valores, aportes y pensamientos, no una condición de vida.
Comunicado:
El equipo de producción de la película «Tamara», dirigida por Elia K. Schneider y producida por José R. Novoa, manifiesta su repudio ante las acusaciones que hemos recibido por parte de grupos religiosos extremistas, criticando la temática del film.
Además de los ataques cibernéticos que han sufrido algunos medios de comunicación por la publicación de entrevistas a la diputada Tamara Adrián, la cineasta Elia K. Schneider y el actor Luis Fernández.
«Tamara» es un film que promueve la tolerancia, el respeto y la lucha por la identidad de la comunidad transgénero en Venezuela y en el mundo. Hoy viernes 4 de noviembre es nuestro estreno comercial en Venezuela, seguiremos con nuestra lucha en pro de los derechos humanos, donde sean vulnerados, y ningún ataque o censura impedirá la exhibición del film.
Agradecemos a los medios y periodistas por su apoyo y la difusión de esta temática. Así como el firme repudio a estos ataques de intolerancia y falta de respeto, particularmente en éste difícil momento que atraviesa nuestro país.
MUERDE AQUÍ – @diegokapeky