Los adelantos en la tecnología han convertido al hombre en un ser tan racional, que se ha olvidado de la parte espiritual que debe haber en su vida.
Todo se tiende a analizar, racionalizar, comparar y verificar, para determinar si es verdad o no.
Y no es que estemos en contra de estos métodos, pero cuando se aplican a la Biblia comienzan a alejar a la humanidad de Dios, dándole prioridad al conocimiento intelectual y desechando la sabiduría que viene de lo alto y que nos hace crecer espiritualmente.
La Biblia dice en la Carta a los Romanos 1:22: “Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios” y en la Primera Epístola a los Corintios 3:19, podemos leer: “Porque a los ojos de Dios, la sabiduría de este mundo es locura”.
El apóstol Pablo fue un hombre muy culto, de buena posición social y económica, además de ejercer funciones de poder en el gobierno; pero cuando Jesús se le dio a conocer y le entregó su vida para seguirle, dijo lo siguiente:
“Pero cuantas sosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor a Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” Filipenses 3: 7-8.
Y en el evangelio de Mateo, capítulo 16, versículo 26: “Porque, ¿Qué aprovechará el hombre, si ganase todo el mundo y perdiera su alma?”.
El aprender no es malo, lo que es cuestionable es colocar nuestros conocimientos intelectuales por encima de la sabiduría que nos da el conocimiento de Dios, a través de las Santas Escrituras.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y recibirlo como Señor y Salvador personal.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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