“Después de las 6:00 de la tarde a los viajeros de la carretera nacional Cúa-San Casimiro les puede salir el carro de Drácula”, esa es la expresión más común entre los delincuentes que operan a lo largo de esta importante arteria vial; que comunica al estado Miranda con la región aragüeña.
Este medio, siguiendo con la investigación periodística que ha realizado en torno a lo peligroso de este tramo, conoció que los delincuentes se han “dividido” los kilómetros de la vía para cometer sus fechorías. La mayoría de los delincuentes opera en los sectores donde se criaron. Es así como supimos que “El Jesús”, “El Emison”, “El Alis”, “El Boluo” y “El Yonaiker”, “El Rodilla”, “Chachito”, “El Barbero”, “El Guille”, “El Daniel”, “El Keiber”, “el Ángel” y “Fran”, son nativos de los sectores El Portachuelo, Los Rosos y La Guadalupe; donde operan como hampones.
Entretanto, en el sector Las Palmitas opera una banda hamponil que dirige un hampón llamado “Yonaiker”. Este pillo, quien ha incluido en su grupo a varios de sus primos, al parecer es pariente cercano de una concejala del Psuv en Urdaneta.
Sanguinarios…
En nuestra investigación conversamos con algunos vecinos de estos sectores rurales y apartados del agitado centro de la ciudad cueña.
“Hemos escuchado rumores sobre casos de personas que han sido asesinadas, desmembradas y enterradas en las montañas, pero nada podemos hacer porque estamos a merced de estos delincuentes”, expresó sin mucho titubeo una ama de casas a la que entrevistamos en la parada de buses en Cúa, donde se abordan las camioneticas para ir hasta La Guadalupe.
La mujer asegura que los cuerpos de seguridad conocen el modus operandi de estos delincuentes, pero no actúa. “Nunca vemos a los uniformados por el sector. Ellos van cuando ocurre un crimen o pasan por la carretera en sus patrullas”, expresó la entrevistada al tiempo que mostraba un gesto de resignación a lo que le ha tocado vivir.
Guarida vs. religión
Los delincuentes utilizan áreas del santuario religioso y turístico de la virgen de Betania como guarida. Además, extorsionan a los constructores que edifican en este lugar un centro turístico para visitantes. “Las cabañas no han sido culminadas y por ende las han tomado los chicos malos para esconderse ahí y nadie les hace nada”, expresó una religiosa.
MIP-TUY / Jean Carlos Rodríguez
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