Para el politólogo Sergio Graffe, los principales desafíos a los que se enfrenta el candidato presidencial Henri Falcón es capitalizar el descontento del 80 % de los venezolanos que rechazan la gestión de Maduro y desean un cambio de gobierno, lograr el posicionamiento como una opción real para derrotar el aparato ventajista del Estado, revertir la tendencia abstencionista y concretar el apoyo de estructuras organizativas como Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo (el G4).
Asegura que en un escenario de baja participación electoral y sin el apoyo de los principales partidos opositores del país es poco probable un eventual triunfo de Falcón porque ambas variables están interconectadas y una depende de la otra; pero si supera ambos obstáculos, cambia la situación adversa de los actuales momentos.
“La cuenta es sencilla: a los 20.759.809 electores inscritos para votar hay que restarle al menos 2 millones de venezolanos que han salido del país huyendo de la crisis económica (la mayoría de los cuales son opositores) y si de los casi 19 millones que pueden votar lo hace el 50% (9.5 millones) significa que Maduro tiene la primera opción debido a que éste tiene “amarrados” unos cinco millones producto de los bonos electorales y el terrorismo laboral en la administración pública central y otras dependencias regionales y locales y el resto de los 4.5 millones se distribuyen entre Falcón y Bertucci en menor cantidad”, explicó.
Por el contrario, con una participación del 65% o más los resultados podrían favorecer a Falcón debido a que el “techo electoral” de Maduro es de 5 millones, lo que implica que la mayoría de los 12.5 millones restantes los puede capitalizar Falcón.
Por otro lado, -agrega Graffe- para cubrir las 40 mil mesas de votación de los 14 mil centros es necesario un contingente humano de cerca de 200.000 personas (entre testigos, coordinadores de centros, movilizadores, etc), pero ni Copei, el Mas o Avanzada Progresista tienen la capacidad operativa para aportarlos y sólo se podrían alcanzar si se suman los llamados G4 de la extinta MUD.
-A Falcón le quedaría el recurso de motivar un gran voluntariado de independientes para que cuiden y defiendan los votos en las mesas electorales; pero enviarlos sin la formación debida es peor porque evitar las trampas el día de las elecciones supone contar con un personal calificado y adiestrado en estas lides.
Si Falcón se posiciona como una opción real para derrotar a Maduro, podría ocurrir el “milagro” de que el G4 decida la incorporación activa en la campaña de toda su militancia por un simple pragmatismo político y las cosas pudieran cambiar a favor del ex gobernador de Lara porque también activaría la participación electorales a niveles superiores al 60-70%.
Daniel Murolo