El Gobierno de EE.UU. prohibirá a partir de este miércoles los cruceros a Cuba y restringirá las visitas culturales de los ciudadanos estadounidenses, en un nuevo intento por asfixiar a la economía cubana y responder a su «papel desestabilizador» en Latinoamérica.
Las medidas anunciadas hoy endurecen el embargo comercial a la isla y buscan presionar a La Habana para que retire su apoyo al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
En un comunicado, el Departamento de Estado aseguró que el objetivo es acabar con el «turismo velado» que, a su juicio, «ha servido para llenar los bolsillos de los militares cubanos, que son la misma gente que apoya a Nicolás Maduro en Venezuela y que reprime al pueblo cubano en la isla».
A partir de mañana estarán prohibidos los viajes culturales y educativos de contacto con el pueblo cubano, conocidos en inglés como «people to people» y que permitieron a miles de estadounidenses visitar la isla tras el deshielo iniciado en 2014 por el presidente de EE.UU. Barack Obama y su homólogo cubano Raúl Castro.
Por regla general, los estadounidenses tienen prohibido hacer turismo en Cuba, pero hasta ahora podían viajar si cumplían con algunas de las doce categorías existentes: visitas gubernamentales, actividades de medios de comunicación o centros de investigación, proyectos educativos, religiosos y médicos, entre otros.
Ahora, esas categorías quedarán reducidas a once debido a la eliminación de la clasificación «people to people».
No obstante, las normas incluyen una excepción: se permitirán aquellos viajes educativos en esa categoría siempre que los viajeros ya hayan completado una transacción (como la compra de un vuelo o la reserva de un hotel) antes del 5 de junio, cuando entran en vigor las medidas.
Los grandes perjudicados por esa medida serán instituciones como la National Geographic, el grupo de museos Smithsonian o el Museo Metropolitano de Nueva York (MET), que organizaban viajes culturales a Cuba, explicó a Efe Christopher Sabatini, experto en Latinoamérica en la Universidad de Columbia.
La organización Cuba Educational Travel, dedicada a organizar viajes culturales a la isla y una de las afectadas por estas medidas, las calificó de «desafortunadas» y aseguró que tienen una finalidad electoralista dirigida a los votantes de Florida.
Esta prohibición «es terrible para las compañías estadounidenses que están proporcionando empleo y pagando impuestos en los EE.UU. y al tiempo imprimen un impacto económico en la isla», aseguró en un comunicado Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel.
Sin embargo, las medidas de EE.UU. no se quedan ahí y, a partir de mañana estarán prohibidas las visitas de cruceros, yates y botes privados, así como de aviones privados y corporativos a Cuba.
En este caso, algunos de los mayores perjudicados serán las grandes cadenas de cruceros, como Carnival, con sede en Doral (Florida) y que en su web sigue ofreciendo viajes para el año 2020.
Dentro de Cuba, las medidas impactarán a los «cuentapropistas» o trabajador autónomos y a los restaurantes privados o «paladares», que habían florecido tras flexibilizarse las restricciones de viajes tras el acercamiento en 2014 entre los dos países.
La lista de damnificados también incluye a los artistas cubanos que vendían arte a los turistas y aquellos particulares que ofrecían recuerdos y artesanías, explicó a Efe el abogado Robert Muse, experto en la legislación estadounidense sobre la isla.
A pesar de las nuevas restricciones, los vuelos comerciales regulares, que se reanudaron en 2016 tras más de medio siglo, podrán seguir operando entre los dos países.
Según explicó a Efe una portavoz del Departamento de Estado, el Ejecutivo ha decidido mantener los vuelos comerciales porque suelen ser usados por los cubano-estadounidenses para visitar a sus familias en la isla, mientras que los cruceros se usan para hacer turismo, algo prohibido por la ley.
En la práctica, las medidas asestan un golpe al sector turístico de la isla, que es la segunda fuente de ingresos de divisas del Estado cubano, solo precedido por la exportación de servicios profesionales.
Según cifras del Ministerio cubano de Turismo, en el primer cuatrimestre de este año, EE.UU. era el segundo mercado emisor de visitantes a Cuba con 257.500 personas hasta abril para un crecimiento interanual de 93,5 %, pese a que legalmente los estadounidenses no tienen permitido viajar a la isla como turistas.
De esos viajeros, el 55 % llegó al país caribeño en crucero, una modalidad que creció el 48 % respecto al año anterior.
En Twitter, el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, rechazó las medidas de EE.UU. y vaticinó su fracaso: «Fracasarán otra vez».
Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha endurecido la política hacia Cuba con sanciones a los hoteles de la isla, reducciones del personal diplomático y la activación de una ley que permite demandas en tribunales estadounidenses por bienes expropiados tras la Revolución de 1959.
EFE