Como tusa molida describen al producto vendido recientemente en el sector La Libertad y en la UD5. Los denunciantes explicaron que la harina no se puede comer porque al prepararla queda muy dura
Elsa Gómez, habitante de la UD5 de la parroquia Caricuao, denunció este miércoles 6 de noviembre que al comprar recientemente la bolsa del CLAP se encontró con una harina pan de imposible consumo, ya que al añadirle agua quedaba muy dura. La vecina comentó que lo irónico es que en el paquete de presentación se lee “suave masa”.
“No creo que alguien se pueda comer una arepa o bollito hecho con esta harina. Parece que tomaron las tusas del maíz y lo molieron. Pedimos a la gente del CLAP central que revise este producto que le están vendiendo a más de 5.000 familias de esta UD”, denunció la señora Gómez.
Este caso se repitió en la comunidad de La Gran Parada parte alta, específicamente en el sector La Libertad de la parroquia Caricuao. Así lo informó Carmen Romero, quien afirmó: “Pareciera que esta gente nos quiere matar. Por más que amasé esta harina fue imposible hacer algo con ella debido a su dureza”.
Los denunciantes esperan que el CLAP central revise esta situación que está afectado a miles de vecinos de la parroquia Caricuao. Señalaron que aún cuando es una compra subsidiada por el Estado, deben respetar que son productos comestibles. Indicaron que un artículo de baja calidad o en mal estado puede costarle la vida a una persona. Destacaron que están indignados por la poca consideración que tienen los miembros del CLAP a la hora de vender las bolsas, y por ello le reiteran al CLAP central la necesidad de supervisar a los comuneros encargados.
Al consultarles si la harina es importada, mencionaron que en la descripción del empaque dice que fue empaquetada en Guárico. Carmen Romero recalcó que lo grave del asunto es que están vendiendo productos de muy baja calidad como para salir del compromiso de la venta de alimentos para las comunidades de Caracas. “Lo que pedimos es supervisión a la hora de escoger los productos que meten en las cajas y bolsas, porque lo que no queremos es tener intoxicados o envenenados”, afirmó.
Griselda Acosta/El Pitazo